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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La magia galáctica de Sisa

El cierre gubernativo de un teatro puede impedir que Sisa actúe en Madrid, pero no que su trabajo se difunda y que, a trancas y barrancas, renqueante pero todavía vivo, llegue al conocimiento de la gente.Sisa, después de una gira por casi toda España, ha ido a recalar en el teatro Romea, de Barcelona, con uno de los montajes más interesantes que haya realizado

Sisa, que perteneció al Grup de Folk, mantuvo desde el principio una actitud de terrorismo intelectual algo dadaísta, que contrastaba con la seriedad y trascendencia de la cançó. Posteriormente formó un grupo inefable llamado Música Dispersa, en cuyas representaciones nadie sabía de antemano el final, y menos que nadie los que estaban en el escenario.

Todo aquello desapareció, Sisa graba algún álbum en solitario pero no pasa nada... Es con Qualsevolt Nit Pot Sortir El Sol, cuando surge de manera definitiva, cara a una minoría algo más numerosa que las anteriores, el poeta y cantante galáctico por excelencia. Sisa, junto a Paul Riba y ahora Ramoncín, son los grandes letristas del rock (o como quiera llamársele) de nuestro país. Sin embargo, Sisa se diferencia de los demás en su ubicuidad, en su ser y no ser algo o nada. Cualquiera podría decir que es ambiguo. Yo no lo creo, y en caso de que así fuera, no significaría más que el reflejo esperpéntico y poetizado de nuestra realidad.

Lo de galáctico es sólo una expresión curiosa. Bajo ella se refugia, como debajo de un paraguas sin tela, una representación alucinante y sencilla. El espectáculo de Sisa (canciones dramatizadas o desdramatizadas, según se mire) es, en el fondo, sencillo como un guiñol. Posee la misma magia que aquéllos o, por mejor decir, nos sitúa en unas condiciones semejantes a las de entonces.

No aparecen por ninguna parte grandes montajes escénicos, ni siquiera alardes teóricos sobre la estética comunicación. Todo es espontáneo: los músicos y Sisa forman una especie de compañía de cómicos de la legua que, si sorprenden, es sólo porque se evaden limpiamente de los mensajes intelectualmente obvios con que se machaca al espectador de hoy día y desde cualquier forma de expresión.

Por desgracia o por suerte, confieso mi absoluta incapacidad para entresacar descripciones, para delimitar los hechos. Pero muchos de los que vivieron esas dos horas tal vez encontraran al niño que a lo largo de los años ha sido casi machacado por una determinada y castrante concepción de ser adulto. Creo que fue la imaginación, es una droga terrible.

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