ETA insiste en la lucha armada

En un documento hecho público en su órgano oficial Zutik, ETA militar ha reiterado sus ya conocidas tesis de que mantendrá la lucha armada como instrumento político para conseguir un Estado socialista vasco, independiente, reunificado y euskaldun, en el que se admite, sin embargo, la existencia de unas minorías que tendrán derecho a un estatuto particular que no suponga una merma de la soberanía nacional de Euskadi.Esta organización reconoce, por otra parte, que el haberle concedido a la lucha armada un carácter prioritario sobre la lucha de masas estaba motivado desde la muerte de Carrero Blanco por un analista idealista.

Pese a todo, ETA entiende que no existe aún un marco democrático para que las clases populares y patrióticas vascas puedan expresarse libremente y es por eso por lo que la lucha armada tiene una función que cumplir. Dentro de sus tesis, ETA sería «el brazo armado del pueblo que le protege de las agresiones antidemocráticas» que puedan venir de sectores sociales exteriores o afincados en Euskadi.

En segundo término contesta también a los partidos mayoritarios vascos (PNV, PSOE, UCD) que le han acusado de querer imponer por la fuerza su ideología, mediante acciones que sólo conseguirán la vuelta a una dictadura militar. ETA mantiene a este respecto que la situación sigue siendo hoy idéntica a la de la etapa franquista y que la reforma no ha conseguido evitar las condiciones militares.

Reconoce luego que algunos sectores populares han cambiado, en la actualidad la imagen que pudieron tener de ETA, pero niega que esto se deba a un cambio de la organización, sino al error de esos sectores, que los tenía por simples. patriotas antifranquistas, sin reflexionar en la definición que la propia ETA se da a sí misma como socialista, revolucionaria, vasca, de liberación nacional.

ETA insiste en su propósito de continuar la lucha hasta lograr ese Estado independiente, si bien a largo plazo entiende que el Estado debe desaparecer una vez perdida su misión burguesa, como aparato coercitivo de las clases dominantes sobre los trabajadores. La organización vasca asume la teoría marxista sobre el ascenso de la clase trabajadora al poder y admite la posibilidad de que pueda producirse por vía pacífica, si bien termina por reconocer que ello resulta poco menos que imposible en las actuales circunstancias.