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Tres años de campaña pacífica antinuclear

Es en el invierno de 1975 cuando el País Vasco comienza a tomar conciencia del problema nuclear ante el anuncio de la inminente creación de una central de este tipo en Deva (Guipúzcoa) y otras dos más en Vizcaya, concretamente en Ea-Ispaster y en Lemóniz. La obras de esta central se habían iniciado ya al menos dos años antes de forma silenciosa.En la primavera de aquel año, casi 1.500 habitantes de Deva pidieron a su Ayuntamiento y a la Diputación de Guipúzcoa que aclarasen sus posiciones ante el proyecto de creación de una central en aquella localidad. Se inicia paralelamente un gran movimiento popular y un debate público en la provincia de Guipúzcoa.

Manuel Escudero Rueda, procurador familiar por Guipúzcoa, impugnó en julio de 1975 un decreto aparecido en el BOE, con fecha de 21 de aquel mes, que informaba de la instalación de una central nuclear en Deva. En abril de 1976, la Diputación Foral de Guipúzcoa acordó en un pleno rechazar el emplazamiento previsto en Deva para la construcción de la mencionada central.

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Informaciones publicadas en la prensa vasca daban cuenta, en el mes de febrero de 1976, que Iberduero había adquirido cinco reactores nucleares a la empresa Westinghouse y que dos de ellos estaban destinados a la central nuclear de Lemóniz. En junio de 1976 nace la Comisión de Defensa de una Costa Vasca no Nuclear, integrada por ingenieros, sociólogos, abogados, profesionales y una serie de personalidades de la vida cultural vasca. Su primera intervención es la publicación de un amplio dossier en el que se desvelan las irregularidades administrativas y técnicas del proyecto de construcción de la citada central pidiendo, al mismo tiempo, su paralización. La comisión contaba, además, con el apoyo de asociaciones vecinales y otras entidades de Lemóniz, Munguía, Arminza y Plencia, zonas presuntamente afectadas. Asimismo, en octubre los mismos firmantes solicitaron de los ayuntamientos de, Munguía y Lemóniz la denegación del permiso de obras de la central. Fruto de una intensa campaña de concienciación popular, el 29 de agosto de 1976 se celebró en Plencia (Vizcaya) -a pocos kilómetros de Lemóniz- una manifestación de 50.000 personas, que pidieron también la paralización de las obras de aquella central.

Ya en mayo de 1977, veinte asociaciones de vecinos de Munguía, Lemóniz, Arminza, y el Gran Bilbao, con el apoyo de la citada comisión, enviaron un escrito a la Diputación de Vizcaya impugnando la modificación del plan general de ordenación urbana de la comarca Plencia-Munguía, que aprobó dicha Corporación para dar luz verde a la construcción de la central de Lemóniz. En la impugnación se señalaban anomalías de tipo legal y de procedimiento. Otra impugnación similar fue firmada por el Colegio Vasco-Navarro de-Arquitectos. El 14 de julio de 1977, más de 100.000 personas se manifestaron en Bilbao contra la central de Lemóniz.

Cuarenta asociaciones de vecinos de Vizcaya demandaron el 14 de septiembre la dimisión del presidente de la Diputación de Vizcaya -entonces ocupaba el cargo Augusto Unceta, muerto en un atentado de ETA por haber cambiado la calificación urbanística de la Cala de Basordas -en donde se construye la central-, con el fin de que Iberduero pudiera llevar adelante las obras de la central de Lemóniz.

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A final del año 1977 aparecieron en los periódicos las primeras informaciones que anunciaban la llegada del uranio a Vizcaya para la primavera de 1978. El debate nuclear tomó arraigo, cuando el 11 de enero los comités locales de Munguía de varios partidos y centrales pidieron la inmediata paralización de la central de Lemóniz. Fue la primera vez que las fuerzas políticas se pronunciaban sobre el tema nuclear.

Tras una primera fase de ocupaciones pacíficas de locales de Iberduero en ambas provincias, los defensores de una «costa vasca no nuclear» ocuparon diputaciones y ayuntamientos de las localidades afectadas por la construcción de las centrales de Lemóniz y Deva. Las manifestaciones en todas estas localidades fueron el siguiente paso de esta gran campaña pacífica, que culminaría el pasado domingo con la marcha hacia la central nuclear de Lemóniz.

Se espera que próximamente el Consejo General vasco se pronuncie sobre el tema de la central nuclear de Lemóniz, una vez que, como ha expresado el presidente, señor Rubial, sean oídos Iberduero, la Comisión pro una Costa Vasca no Nuclear y otras partes interesados.

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