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Una compañía británica ofrece el vuelo Londres-Los Angeles a 10.500 pesetas

A la larga y complicada «guerra de tarifas» aéreas sobre el Atlántico Norte que vienen librando los Gobiernos de Londres y Washington se ha sumado un nuevo elemento de confrontación tras el anuncio por la compañía independiente British Caledonian de que está dispuesta a efectuar regularmente vuelos entre la capital británica y Los Angeles al precio de 69 libras (unas 10.500 pesetas).

En el caso de que las autoridades británicas y norteamericanas aprobaran esta tarifa, la más baja ofrecida nunca en una ruta de estas características, la compañía comenzaría a volar a California a partir del próximo primero de agosto. La imperiosa necesidad de efectuar cada servicio «a avión completo» y la subsiguiente eliminación del sistema de reservas obligará a los pasajeros a presentarse en el aeropuerto dos horas antes de la salida para comprar su reserva de plaza y a ignorar hasta el último minuto si podrán efectuar el viaje. Un sistema similar rige entre Londres y Nueva York a cargo de la compañía Laker Airways («Skytrain»), al precio de 129 libras ida y vuelta (menos de 20.000 pesetas).En los medios aeronáuticos británicos existe gran expectación por conocer la decisión de los responsables de la aviación civil, que se hará pública la semana próxima. La compañía norteamericana Braniff International ha suspendido, tras el vuelo inaugural, sus viajes entre el aeropuerto tejano de Dallas y el londinense de Gatwick, por la negativa del departamento de comercio británico a aceptar sus bajas tarifas. En represalia, el presidente Carter ha amenazado con anular la licencia de British Caledonian para volar entre Londres y Houston. Funcionarios de ambos Gobiernos sostienen estos días en Washington conversaciones encaminadas a solventar sus diferencias antes del día 17, fecha tope puesta por el presidente norteamericano antes de emprender una acción unilateral. Madrid es una de las ciudades a que Braniff sería autorizada a volar con bajas tarifas para paliar el fiasco de Londres, y en tal sentido se ha solicitado autorización al Gobierno español. Por el acuerdo anglo-norteamericano conocido como «Bermudas H», firmado el verano pasado, sólo una compañía de cada país puede operar normalmente con el otro en rutas transatlánticas. Sin embargo, en dos trayectos se prevé una segunda compañía, como es el caso Londres-Nueva York, cubierto por Laker Airways. La disputa sobre la ruta entre la capital británica y Los Angeles se centra ahora entre British Caledonian, con su tarifa de 69 libras, y la compañía del señor Laker, también interesada en este trayecto, aunque a un precio de 113 libras el viaje de ida.

La carrera por las tarifas más bajas, descrita como «suicida» por algunos ejecutivos de las grandes compañías pertenecientes a la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), ha obligado a reducir precios a las grandes líneas aéreas, que declaran haber perdido 2.500 millones de dólares en los últimos siete años en la ruta del Atlántico Norte. Sin embargo, para el público en general, y para las pequeñas compañías que operan a precios bajos, la introducción del nuevo sistema ha sido mutuamente beneficiosa, aunque sea demasiado pronto todavía para saber si, como consecuencia del mismo, ha surgido un nuevo tipo de mercado aéreo.

Conferencia extraordinaria de IATA

El tema de los tráficos en el Atlántico Norte, uno de los más polémicos del transporte aéreo, será punto monográfico en el orden del día de una próxima conferencia extraordinaria -primera de la historia- de IATA, que se celebrará en Montreal con objeto de debatir la situación de esta zona y plantear posibles soluciones de compromiso que regulen los tráficos y sus condiciones.

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