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"Los socialistas aún no han decidido si quieren gobernar con el PCF o con Giscard d'Estaing

Jean Ellenstein, cincuenta años de edad, está considerado como el cerebro del eurocomunismo francés. Es el sucesor del filósofo Roger Garaudy (que fue expulsado del PCF) en la dirección del Centro de Estudios e Investigaciones Marxistas (CERM). Ellenstein es el historiador más importante con que cuenta el Partido Comunista francés y autor de una obra, Carta abierta a los franceses sobre la República del Programa Común, en la que analiza los interrogantes que plantearía una victoria de la izquierda en las próximas elecciones.EL PAIS: A pesar de todas las afirmaciones en sentido contrario por parte de los dirigentes comunistas, en este país todos continúan planteándose la misma pregunta una semana antes de las elecciones: ¿Quiere el PCF llegar al poder?

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El Partido Comunista francés, al borde del poder

Jean Ellenstein: En fin, siempre habrá gentes para creer todo lo contrario de lo que dicen los comunistas. Pero que quede claro: el Partido Comunista francés ha optado, de una vez por todas, por una estrategia. La Unión de la Izquierda, para ir hacia el socialismo. Querernos la unión, queremos ir al poder y queremos ministros comunistas en el Gobierno. Dudar de nuestro deseo de llegar al poder es acusarnos muy gravemente. Es tanto como decir que, dada la gravedad de la crisis económica actual, consideramos imposible satisfacer las aspiraciones de la clase obrera, y lo mejor sería quedarnos en la oposición. Repito, esto es una acusación muy grave.

El capitalismo ha superado otras crisis y, con crisis o sin ellas, puede durar años y años, es decir, si nuestro análisis económico de la situación actual nos condujese a rechazar el poder, sería tanto como estar dispuestos a no ir al poder nunca.

EL PAIS: ¿Es fuerte, aún, la corriente estalinista en el partido?

J. E.: Es cierto que el partido fue influenciado por el estalinismo, y es cierto que aún puede haber algún estalinista. Pero, definitivamente, el PCF se ha liberado del estalinismo.

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Las alternativas de Mitterrand

EL PAIS: Abordemos las graves polémicas entre comunistas y socialistas. Aunque la situación es diferente, se sospecha que en Francia pudiese ocurrir lo mismo que en Portugal, es decir, muchos sostienen que el partido de Alvaro Cunhal, con su política intransigente empujó, en cierta medida, hacia la derecha al socialista Mario Soares. Las presiones insistentes del PCF sobre el PS. ¿no podrían tener el mismo resultado?J. E.: El contexto portugués no tiene nada que ver con el francés. Por lo demás, lo único que puedo decir es que el Partido Socialista tiene dos posibilidades en caso de victoria: gobernar con el Partido Comunista o gobernar con Giscard. Y lo cierto es que aún no se ha decidido, y no quiere decidirse hasta el día 20, después del resultado de las elecciones. ¿Por qué quiere guardar sus manos libres? ¿Cuáles son sus intenciones?

EL PAIS: Está el problema del desestimiento: los comunistas no se comprometen por adelantado, como lo han hecho los socialistas,

J. E.: La cuestión de los desestimientos no tiene sentido aislándola del conjunto. Quiero decir lo siguiente: Para que los desestimientos se realicen normalmente, por parte de los socialistas y comunistas, es necesario que antes se concluya un acuerdo político entre los dos partidos. Entonces, los electores votarán en la segunda vuelta por el candidato mejor colocado comunista o socialista, sabiendo de antemano que votan por una política determinada. Este es el planteamiento honesto del problema. Y puedo decir que si hay acuerdo político habrá desestimientos y ganaremos. De no haber acuerdo político no habrá desestimiento corrector, ni por parte del electorado comunista, ni por parte del socialista, y, en tal caso, será la catástrofe, perderemos las elecciones.

EL PAIS: ¿En qué consistiría ese acuerdo político, y cuándo debiera realizarse?

J. E.: No se trataría de concluir la actualización del Programa Común, interrumpida en septiembre. Sería cuestión de un acuerdo político sobre los grandes ejes de la política que realizaríamos. Por lo que concierne al PCF estarnos dispuestos a formular este acuerdo, antes del día 12 o después, entre las dos vueltas. Lo importante es que Marchais y Mitterrand empiecen a dar mítines juntos por toda Francia.

EL PAIS: Parece usted muy optimista.

J. E.: Sí, soy optimista. Nuestro partido no ha perdido la esperanza de concluir un buen acuerdo político, antes o después del día 12.

Deslizamiento del PS hacia la derecha

EL PAIS: ¿Cree usted realmente que el PS es de derechas?J. E.: Jamás hemos dicho los comunistas que el PS es de derechas, pero sí es cierto que últimamente ha habido un deslizamiento hacia la derecha, y no soy yo solamente quien lo dice, los líderes del CERES, es decir, del ala izquierda de los socialistas, empezando por Jean Pierre Chevenement, lo han escrito en varias ocasiones durante los últimos meses.

EL PAIS: En Francia se dice siempre: «No es posible hacer nada con los comunistas, ni sin ellos.» En esta ocasión, en caso de victoria, tras meses y meses de querellas y disputas aceradas, ¿cree usted que podrán gobernar con los socialistas?

J. E.: Naturalmente que sí. ¿Por qué no puede haber un debate constante entre comunistas y socialistas? Desde Napoleón, puede decirse que no ha habido Gobierno homogéneo en este país. El pluralismo es una característica francesa de una coalición. Lo importante es que nos pongamos de acuerdo sobre un programa y que lo realicemos simplemente.

EL PAIS: Usted sabe que la posible victoria de la izquierda influiría en toda Europa, del Este y del Oeste, y muy particularmente en Europa del sur. Esta influencia futura de un Gobierno francés de izquierdas, ¿ha pesado en la estrategia del PCF de los últimos meses, es decir, en su ofensiva contra el PS?

J. E.: Esa posible influencia en el exterior no ha sido objeto en nuestras discusiones, las divergencias entre comunistas y socialistas son un asunto interno. En efecto, yo creo que una victoria de la izquierda en Francia influiría en el resto de Europa.

Habrá una "primavera de París"

EL PAIS: En resumen, usted cree en la victoria.J. E.: Tengo confianza, sí, aunque a mi partido le inquieta aún la actitud del PS. Pero yo estimo que se reúnen todas las condiciones para que se realice el cambio. Creo que estamos a las puertas de una «primavera de París».

EL PAIS: Y de igual manera que la «primavera de Praga» fue estrangulada por los tanques soviéticos, la «primavera de París», ¿no podría ser ahogada por las fuerzas económicas occidentales, si soltaran todos sus resortes para torpedear la gestión de la izquierda?

J. E.: Ese es el gran problema. En primer lugar, porque tras la victoria, lo importante será realizar una buena gestión. Y, llegados aquí, la gran incógnita será la reacción del capitalismo occidental. Esta es, precisamente, una de las razones de nuestras discusiones con los socialistas.

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