Contra las oposiciones
Como asiduo lector de EL PAÍS he leído el editorial sobre «Las oposiciones», del pasado 11-2-78, y desearía felicitarle por su justo y exacto análisis del tema. La persona que lo ha escrito lo conoce, sin duda, a fondo.En la sección «Cartas al director», del 17-2-78 leo la carta del señor García-Posada sobre dicho editorial. Lamento discrepar de su opinión. El carácter «memorístico» y con «vistas a la galería» en que han degenerado las actuales oposiciones hace que muchos buenos docentes universitarios -que en otros países entarían dedicados a una fecunda labor creativa entre los veinticinco y 35 años- en nuestro país estén dedicados a una estéril preparación de las oposiciones como alternativa a una permanente inestabilidad laboral. Esta situación es incompatible con las condiciones requeridas para una verdadera labor científica creativa y docente. Respecto a las corruptelas sólo cabe decir que se están haciendo crónicas y no esporádicas.
Finalmente, para evitar equivocos, quisiera dejar constancia de mi actual status de profesor agregado numerario.
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