Rechazadas las propuestas socialistas contra la ratificación del tratado pesquero con Marruecos
El Senado ratificó ayer el acuerdo pesquero hispano-marroquí con 112 votos a favor, 63 en contra y tres abstenciones. Esta votación, con resultados similares a otras precedentes con las que Socialistas y Progresistas Independientes de esta Cámara intentaron la no ratificación o corrección del acuerdo, pone punto final al procedimiento legislativo necesario para la entrada en vigor del nuevo contrato pesquero entre España y Marruecos.
La sesión plenaria del Senado estuvo marcada por el contraste de mesura y agresividad de las distintas intervenciones, todas ellas ubicadas en el ámbito de lo político y lejanas de las cifras y datos que se manejaron en la discusión de este mismo acuerdo por el Congreso. Tampoco hubo citas o menciones relativas a los supuestos indicios de corrupción que el PSOE apuntó durante sus afirmaciones ante el Pleno de la Cámara baja del Parlamento. Por parte de la mayoría gubernamental, la agresividad estuvo interpretada por dos ministros: José Lladó, de Transportes y Comunicaciones -quien se sacó así la espina del silencio obligado en el Congreso-, y por el titular de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, con una intervención hábil y muy política.El debate pesquero, punto clave de la sesión, estuvo precedido de la felicitación por el presidente de la Cámara, Antonio Fontán, al nuevo presidente del Consejo General vasco, Ramón Rubial, por su reciente elección y nombramiento. Aplausos en pie para el senador socialista, que volverían a repetirse instantes después en favor de una declaración condenatoria de la injerencia de la OUA en los asuntos internos del Estado español, con referencia al caso canario. Lluis María Xirinacs y Vicente Matéu, se abstuvieron de participar en el «sí».
Después de esta introducción se pasó a ruegos y preguntas, donde, sin pena ni gloria, se habló del cultivo del arroz en Extremadura, del centro regional de RTVE en Galicia, de la educación infantil, de la necesidad de puestos escolares para Galicia, de la aplicación correcta de la amnistía, de la creación de equipos de educadores sanitarios y de la igualdad de derechos hombre-mujer entre funcionarios.
Tras un breve descanso, arreció el debate pesquero, que tuvo unas constantes políticas bien definidas: una crítica de la política exterior española en el norte de Africa, protagonizada por los senadores del grupo Socialistas y Progresistas Independientes Fernando Baeza, Alberto Armas y Manuel Villar Arregui -este último con una brillante intervención-; las ventajas y desventajas económicas y sociales del acuerdo, y, en especial., las ventajas para los pescadores canarios, que fueron especialmente resaltadas por el ministro Lladó y los senadores de UCD Fernández Calviño y Cambreleng; posible reconocimiento de la soberanía de Marruecos sobre el Sahara y sus aguas, como consecuencia de la firma del acuerdo, resaltada por los senadores Satrústegui, Fernández Viagas -quien pidió luego que esto quedara enmendado en el texto del convenio-, Villar Arregui, Baeza, Bajo y Armas; la incidencia del acuerdo en el proceso de autodeterminación saharaui, citada por los oradores socialistas y progresistas; y la no cesión de soberanía y no injerencia en el proceso de descolonización del Sahara, tesis defendidas desde la UCD por Oreja, Fernández Calviño, Cambreleng y Miguel Enciso.
Aquí hay que destacar la intervención del ministro Marcelino Oreja, muy aplaudida, en la que anunció que el Gobierno no tiene la intención ni debe ratificar el acuerdo tripartito de Madrid (como temía el PSOE). El señor Oreja dio como noticia que el Gobierno ha suspendido la entrega de armas a Marruecos y Mauritania, a la vez que recordaba que, también se suspendió la firma de nuevos contratos de venta de armamentos, y concluyó citando la ley de descolonización del Sahara de 1970, destacando que el Sahara nunca fue territorio español y que España nunca cedió ni puede ceder su soberanía porque nunca la detentó. El ministro concluyó sus palabras con un duro ataque al PSOE y a sus relaciones con el Frente de Liberación Nacional argelino, con el tema canario como tela de fondo.
Otra intervención a destacar, por su agresividad y por las protestas que levantó en la Cámara, fue la del senador canario Miguel Cabrera, quien señaló el descontento general insular por la ratificación del acuerdo.
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