El dictamen sobre la adhesión español no se producirá antes de 1979

La primera visita oficial a Madrid del responsable de la Comisión Europea encargado de la política de ampliación de la CEE, su vicepresidente, Lorenzo Natali, cuenta ya, antes de empezar, el próximo lunes, con un resultado positivo: contribuyó a acelerar el nombramiento de un ministro español para encargarse de las relaciones con las Comunidades Europeas.Después de varios meses de dudas, políticas e intrigas ministeriales sobre la persona y el nivel del mister Europa español, el grupo en el poder ha dado un primer paso para saltar de las relaciones tradicionales al proyecto de un trabajo serio con la CEE.

No cabe duda que Natali tratará con el ministro Calvo Sotelo la «estrategia» a seguir para avanzar en el camino de la integración de España a la CEE.

Sin embargo, sería hora de que España empiece a tomar la iniciativa, hasta ahora conducida por los comunitarios desde la época de las primeras relaciones comerciales, establecidas por el equipo del embajador Ullastres en 1970.

Iniciativa que, salvo cambio de opinión, ratifican todos los gran des partidos políticos del Estado español, desde la derecha de Alianza Popular, hasta la izquierda del PCE. La fuerza política del nuevo ministro ante las Comunidades Europeas es considerable.

El primer paso, antes de iniciar las verdaderas negociaciones para la adhesión, es la elaboración del «dictamen» que la Comisión Europea debe presentar al Consejo de Ministros. En otros términos, la «radiografía» que los técnicos y políticos de la comisión deben presentar a los Gobiernos de los nueve Estados miembros, que son los que controlan el poder de decisión de la CEE.

La comisión contó inicialmente en sus papeles con la hipótesis de otoño de este año para concluir el informe. Ahora se habla del primer trimestre de 1979.

El retraso de unos meses no tendría importancia en el contexto histórico de lo que España se juega si estuviéramos solos en la carrera hacia la CEE. Pero no se puede olvidar que otros dos países preceden a España en el proceso cronológico hacia la Comunidad.

Grecia negocia desde hace dos años con la finalidad -impuesta en gran parte por razones de política interna- de llegar cuando antes a la integración. Portugal contará con su dictamen dentro de dos meses.

Algunos medios de la Comisión Europea se quejaban de la falta de «interlocutor» en Madrid, para preparar seriamente el dictamen. No sabían, alegaban en Bruselas, «dónde enviar los cuestionarios que debe responder la Administración española, para contar con datos fiables a la hora de preparar el dictamen». El nombramiento de Calvo Sotelo anula esa realidad un tanto exagerada en la CEE para justificar sus propios retrasos.

Que el dictamen, o avis, como dicen aquí, llegue con unos meses de retraso no supone un peligro para la integración. Sobre todo, si España toma ciertas iniciativas y, en vez de atender, como siempre, con los brazos cruzados a lo que dicen en Bruselas, lanza ideas propias.

Natali dice que «espera preparar el dictamen en estrecha colaboración con los españoles». ¿Por qué no aprovechar la confección «mixta» del dictamen para completarlo al máximo y dotarlo de un contenido que sirva de base seria a una posterior negociación rápida?

Para conseguirlo, para hacer del dictamen un documento de pre-negociación, España deberá revisar, además de sus estructuras de coordinación en Madrid, las que tiene en Bruselas.

Modificar y reforzar la misión de España ante la CEE, dotarla de un servicio de prensa eficaz para que -si un día llega a funcionar, después de los muchos paréntesis de parálisis- sirva para algo más que para convocar reuniones de periodistas españoles con el embajador. Hay más de 300 periodistas acreditados ante la CEE, algunos interesados también por conocer qué piensan los futuros países miembros.

También la CEE, siempre en el ámbito de divulgación de lo que son las Comunidades Europeas, debería acelerar la instalación de su delegación de información en Madrid, para explicar a los españoles la realidad de las Comunidades Europeas, no siempre reflejada en los obligados artículos de actualidad.

Si realmente hay interés por parte española en ir hacia la CEE, y por parte comunitaria en dar satisfacción a las peticiones de adhesión del nuevo candidato, no faltarán temas a tratar durante el lunes y martes en Madrid.