Distintivo "precio estable" para luchar contra la inflación

El Ministerio de Comercio y Turismo lanzará una campaña nacional de contención de precios, promoviendo el consumo de los productos que ostenten el indicativo precio estable, destinado a aquellos que vayan a mantener su precio inalterable en los próximos cinco meses. La campaña, cuyo costo total será de sesenta millones de pesetas, se iniciará dentro de quince días y se prolongará hasta el mes de agosto, utilizando los medios publicitarios convencionales: prensa, radio, televisión y exteriores.

La efectividad de la campaña, dijo el ministro de Comercio y Turismo, Juan Antonio García Díez, en la presentación celebrada ayer, dependerá en buena medida de la solidaridad de empresarios y consumidores, ya que la Administración no puede más que tratar de incentivar, pero nunca dirigir estrictamente, el consumo de determinados productos. Básicamente, la campana está encaminada a aquellos componentes de la cesta de la compra con mayor incidencia en el presupuesto familiar, por lo que se excluirán todos los consumos suntuarios. La disposición oficial reguladora de la campaña, aprobada en el último Consejo de Ministros, será publicada a final de esta semana o principio de la próxima en el Boletín Oficial del Estado, en forma de real decreto.En cuanto al número de empresas que vayan a concurrir a la campaña, el ministro señaló que era imprevisible, toda vez que va a establecerse un plazo de un mes para que, a partir de la publicación oficial, las empresas puedan solicitar acogerse a ella. Hasta el momento, la demanda de información sobre las normas de la campaña ha sido muy abundante y las expectativas parecen favorables según testimonios recogidos por las Cámaras de Comercio que cooperan activamente en ella. Los requisitos establecidos consisten en que cada empresa deberá solicitar la utilización del distintivo para sus productos específicos, pudiendo negarla la Administración para el caso de que los artículos para los que se solicite no alcancen el 50 % de la producción total de la sociedad. En cualquier caso, los productos para los que se demanda el empleo del indicativo deberán superar el 20 % de la fabricación global.

Uno de los temas planteados al ministro de Comercio fue el de la instrumentación del control de calidad de aquellos productos sujetos al empleo de la contramarca durante la duración de la campaña. El señor García Díez aseguró que se aplicarán sanciones drásticas a los posibles infractores, sobre todo en el caso de que el mantenimiento del precio lleve aparejado un deterioro de la calidad, puesto que la aceptación del compromiso incluye el mantenimiento de la calidad del producto. Incluso, señaló el ministro, se estudiará la posibilidad de publicar los nombres de aquellas empresas incumplidoras, como complemento a la sanción por indisciplina de mercado.

Al término de la campaña, cuya duración no será en ningún caso prorrogada, el ministro de Comercio confía haya remitido la inflación a términos razonables, por lo que el objetivo de la misma ya estaría justificado. Por el contrario, se optará por respetar su plazo de vigencia, reservando su posible utilización para otra coyuntura, en el caso de que sus resultados fueran favorables. De cualquier forma, el titular de Comercio reconoció que los efectos perseguidos se centran más en el ámbito psicológico que en una auténtica repercusión en los indicadores de precios de modo directo. La lucha contra la inflación debe centrarse básicamente en la política monetaria y de rentas, procurando asimismo desacelerar la demanda del consumo, cosa que no se cree ponga en peligro la campaña ideada.

Hasta ahora, ningún otro país ha recurrido a una campaña similar para intentar controlar la subida de precios, aunque en otros países, como Gran Bretaña, existen precedentes aproximados. El distintivo, diseñado por una compañía experta en el tema, consta de un círculo en el que se incluyen el lema precio estable y dos vectores: uno azul, descendente y otro rojo, ascendente.