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Leve reacción del franco, tras la "cumbre" Schmidt-Giscard

Tras su última entrevista con el canciller alemán, Helmut Schmidt, el presidente Valery Giscard d'Estaing anunció ayer que había dado instrucciones precisas al primer ministro, Raymond Barre, para que adopte «todas las medidas técnicas necesarias con el propósito de evitar la depreciación del franco». No obstante, las confusas perspectivas políticas, más enmarañadas aún a causa de nuevas y graves discrepancias entre los socialistas y los comunistas, mantienen viva la incertidumbre económica del país. El PC exige al Partido Socialista siete ministerios si la izquierda gana las elecciones de marzo.Esa incertidumbre fue apenas suavizada ayer por un repunte del 2 %, conseguido por la moneda y los valores bursátiles franceses, después de la conclusión de la cumbre franco-alemana, dedicada, como se sabe, al examen de la situación económica europea y a los problemas derivados de la especulación contra el franco. En cinco días de especulación, la divisa gala había perdido el 6 % de su valor.

Giscard d'Estaing y Schmidt también prepararon en París la próxima reunión de los dirigentes máximos de la Comunidad Económica Europea (CEE), prevista para el verano próximo en Alemania Federal, durante la cual se estudiará la ampliación del Mercado Común.

Sobre este punto, el presidente francés declaró que comparte los puntos de vista de Schmidt. Hace unos días, tras el viaje efectuado por el primer ministro griego, Constantino Caramanlis, a París, Bonn y otras capitales europeas, Giscard d'Estaing anunció que «Grecia se incorporará a la CEE en 1979».

Los socialistas no negociarán con el PC

Las diferencias mutuas entre socialistas y comunistas se acentuaron ayer al confirmarse que el Partido Socialista no negociará con el Partido Comunista la composición del Gobierno y el programa común hasta después de la segunda vuelta electoral del 19 de marzo. Los comunistas desean, en cambio, que las conversaciones se inicien luego de la primera vuelta, el día 12. El PCF ha reconocido, además, que en caso de victoria de la Unión de la Izquierda reclamará para sí siete ministerios.El Partido Socialista señala que su oposición a negociar durante la semana comprendida entre las dos votaciones responde al deseo de no ofrecerle al PC una posibilidad de presión. Según los socialistas, los comunistas podrían valerse, antes de la segunda vuelta, de su «desistimiento» en favor de los candidatos socialistas para obligarlos a aceptar un programa conforme a sus deseos. A su vez, el PC no quiere discutir el asunto después de la segunda vuelta, porque prevé un mayor porcentaje de votos para el Partido Socialista, lo cual respaldaría las exigencias socialistas en materia de programa y de formación del Gobierno.

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