Israel jusfifica su ayuda a Etiopía
«La ayuda concedida por Israel a Etiopía -incluso a una Etiopía gobernada por un equipo marxista y sostenida por la URSS demuestra que nuestros criterios en política extranjera se guían únicamente por el interés nacional israelí, aunque esto pueda disgustar a las potencias amigas.»Esto es lo que se declaró a EL PAÍS en el Ministerio israelí de Asuntos Exteriores tras las revelaciones hechas por Dayan en Zurich. Está claro que la referencia a las «potencias amigas» apuntan sobre todo a Estados Unidos.
La situación es, en efecto, más bien embarazosa: en el momento en que, en nombre de «la defensa de los intereses de Occidente contra el comunismo», el presidente egipcio pide a Estados Unidos armas para SomalIa y cuando Washington condena la presencia de soviéticos y cubanos en Etiopía, Moshe Dayan admite tranquilamente que su país ayuda militarmente a Etiopía contra Somalia.
Se recuerda en Jerusalén que Etiopía es el único Estado no árabe a orillas del Mar Rojo y, por lo tanto, el único «pulmón seguro» para la navegación israelí desde y hacia Eilath, por donde se encamina la mayor parte del petróleo israelí.
El colmo de la paradoja: Israel ayuda a Etiopía, no solamente al lado de la URSS y de Cuba, sino también en compañía de Libia y Yemen del Sur, enemigos jurados del Estado hebreo.
Según ciertas informaciones de agencia, Washington habría hecho conocer su descontento por la ayuda concedida por Israel a Etiopía y habría pedido que cese.
Nada menos cierto. En efecto, este corresponsal supo de fuente segura que Estados Unidos estaba al corriente, desde el principio, de la naturaleza de la ayuda militar israelí a Addis-Abeba. Los americanos se han «mostrado comprensivos hacia los motivos de Israel»
Según estas mismas fuentes, Addis Abeba habría dado seguridades a Washington de que no es su intención, de ninguna manera, el convertirse en un «satélite soviético». Lo que explicaría la resistencia de Estados Unidos a intervenir en un conflicto en el que Somalia fue, al fin de cuentas, el agresor.
Por otra parte, la «presencia israelí» en Addis Abeba sería una garantía suplementaria del deseo del Gobierno etíope de volver a la política de no alineamiento, después de haber liberado todo el territorio nacional de la ocupación somalí.
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