Anteproyecto de acuerdo de libre cambio España-EFTA
Después de cuatro días de reuniones finalizó ayer en Ginebra la cuarta etapa de negociaciones entre los representantes del Gobierno español y los de los siete países integrantes de la Asociación Europea de Libre Cambio, EFTA, destinada a llegar a un acuerdo de libre comercio, tal cual existe desde el mes de julio del año pasado entre los siete de la EFTA y los nueve de la CEE.En una primera etapa se trata de establecer un trato preferencial de aranceles aduaneros para los productos industrializados, similar al firmado por España y la CEE en 1970, pero adecuado a la realidad del proceso económico español, definido por uno de los representantes de España en estas negociaciones como «más agresivo en sus exportaciones», lo que supone mayor flexibilidad en las reglas del juego.
De acuerdo a un pre proyecto, producto de estas negociaciones, se operaría un desarme arancelario que podría llegar a un 60% para un número limitado de productos industriales provenientes de España y un 40% para un mayor número de productos, entre los cuales estarían incluidos los sensibles.
Por su parte, España establecería un 60% de desarme arancelario para un número limitado de productos industriales provenientes de los países de la EFTA, y un 25% para un número superior de esos productos, y no haría concesiones aduaneras para un grupo reducido de otros productos.
En la ronda de negociaciones que finalizó ayer y que deberán reiniciarse en marzo, se discutió sobre si se tomarán en cuenta los nuevos aranceles que se establezcan en la denominada «ronda de Tokio», en la cual se discute una disminución ponderada media del 40% para un importante número de productos no agrícolas.
De firmarse un tratado en marzo entre España y los siete de la EFTA (Suiza, Suecia, Noruega, Austria, Finlandia, Islandia y Portugal), este no entraría en vigor hasta un plazo no inferior de seis meses en que debe ser ratificado por los parlamentos de los diferentes países.
En cuanto a los productos agrícolas, que son materia de negociaciones bilaterales entre España y cada país integrante de la EFTA, en la reciente reunión no se lograron mayores avances, lo que motiva una nueva reunión exclusiva a esos efectos a mediados de febrero.
Al respecto -sostuvo uno de los delegados de España-, «hay países que no se han definido o se han definido por lo bajo», siendo una excepción en esta materia Noruega que claramente pidió un trato diferencial de España para la importación de su pescado y a cambio ofrece mayor libertad para las exportaciones españolas de productos agrícolas.
Finalmente, se supo que las negociaciones con Portugal están retrasadas por la situación de desgobierno que ha vivido ese país en los últimos tiempos, pero en todo caso los acuerdos arancelarios con Portugal estarán muy por debajo de los que puedan lograrse recíprocamente con el resto de los países de la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA).
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