Los restos del Rossello Porcel, trasladados a Palma
Con un acto íntimo al que asistieron una treintena de personas fueron inhumados, la semana pasada, en el cementerio de Palma, en una tumba al lado de los de otro gran mallorquín muerto en el exilio, Gabriel Alomar; los restos del poeta Bartolomé Rossello Porcel, muerto en Barcelona, de tuberculosis, en plena guerra civil y que gracias a la familia de Salvador Espriu, fueron recogidos hasta ahora en el panteón familiar que éste poeta catalán posee en Arenys de Mar.
Era el primer acto de las conmemoraciones de la festividad de San Sebastián, patrón de Palma, que tuvo continuidad poco después en el solemne oficio religioso celebrado en la seo mallorquina con asistencia de todo el consistorio, y en el curso del cual, el alcalde de la ciudad leyó la ofrenda de Palma a San Sebastián.
Por la tarde, en el auditorium de Palma tuvo lugar la entrega de los premios Ciudad de Palma 77, otorgados en poesía catalana al mallorquín Pere Rosselló; poesía castellana, al joven sevillano Manuel Jurado; pintura, a Ton¡ Riera, y periodismo, al informador municipal de Baleares, Antonio Agustín. Los premios de novela en catalán y castellano, dotados ambos con doscientas mil pesetas, fueron declarados desiertos. También se concedieron los premios de investigación, en su vertiente de humanidades al padre teatino Gabriel Llompart, por su labor sobre la iconografía mallorquina, y el premio especial para letras mallorquinas correspondió a las revistas Lluc y Randa junto con la sociedad arqueológica Luliana. El acto cultural culminó con el concierto que ofrecieron el guitarrista Gabriel Estarellas y la orquesta Ciudad de Palma, que estrenó la obra Concierto juglar para guitarra y orquesta, de la que es autor el canónigo y organista de la catedral de Mallorca, mossen Bernardo Juliá.
