Por primera vez puede haber una mujer en la Academia de la Lengua

Una mujer cubrirá la plaza vacante en la Real Academia de la Lengua, tras la muerte de Miguel Mihura. Efectivamente, los dos candidatos más fuertes al sillón de los inmortales son Rosa Chacel y Carmen Conde, que romperían, en el caso de ser elegida una de las dos, la vieja barrera que ha impedido la entrada de una mujer de letras en el seno de la Academia que vigila nuestro idioma. Acabarían por fin, con la caracterización de machista que ha pesado sobre la Academia Española desde que le fue impedido el ingreso a la condesa de Pardo Bazán.

Dámaso Alonso, director-presidente de la Real Academia de la Lengua Española, ha manifestado públicamente que «no pesa ninguna prohibición sobre la entrada de mujeres en la Academia», y en cambio, según la agencia Logos, parece unánime la voluntad de romper, por parte de los académicos, con una tradición considerada ya como retrógrada.Por su parte, el académico Julián Marías ha confirmado a Europa Press que él, junto a los también académicos Luis Rosales y Antonio Tovar, han presentado la candidatura de Rosa Chacel para cubrir la vacante dejada por Miguel Mihura. Mientras, el contenido de las decisiones que se están llevando ya a cabo en la Academia se mantienen en secreto, así como el nombre de los académicos que, preceptivamente, han presentado a Carmen Conde, y el de los otros posibles candidatos al sillón vacío. La decisión de los académicos se hará pública en quince o veinte días.

Pese a que en España, desde el siglo XIX, han sido varias e importantes las mujeres que han destacado en el mundo de las letras, lo cierto es que en la Academia ha prevalecido siempre la vieja idea decimonónica de hacerla, como otras instituciones (el Ejército, las judicaturas) cerrada a la mujer. Si doña Emilia Pardo Bazán pudo acceder a la cátedra universitaria en contra de la de cisión del claustro y por real decreto, y si antes pudo cursar estudios universitarios con el escándalo general y acudiendo al campus con guardaespaldas, si traspasó barreras tan duras en la sociedad española de su época, lo cierto es que no pudo con la Academia. Allí, y hasta hoy, ha prevalecido, en una polémica que surge cada poco tiempo, la idea que, contra ella y las que vendrían. después, plasmó Juan Valera en su sátira Las mujeres en la Academia.

La personalidad de las dos candidatas al sillón inmortal es de sobra conocida. Rosa Chacel, escritora, nació en Valladolid en 1898 y vivió en Madrid, donde cursó estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Desde muy pronto perteneció al grupo de intelectuales españoles reunidos en tomo a la Revista de Occidente, en la que se destacará su talento crítico y su espíritu de observación del mundo. Casada con el pintor Timoteo Pérez Rubio, vivió en el exilio a partir de la guerra civil y durante más de treinta años. Regresó a Madrid en 1971.

Su obra más importante la constituye un bloque de novelas que significan el trabajo en prosa más importante entre sus contemporáneos, una generación de poetas. La Sinrazón, Memorias de Letica Valle y Teresa son algunas de ellas. La última, Barrio de Maravillas, mereció el premio de la crítica 1977 y es parte de una trilogía en cuya segunda entrega trabaja Rosa Chacel actualmente. En cuanto la poetisa Carmen Conde, nació en Cartagena en 1907. Fundó, con Miguel Hernández, Ramón Sijé y Oliver Más, la revista de creación literaria El Gallo Crisis, y posteriormente se casaría con el último de los mencionados. En 1967 su Obra Poética, que contiene una antología de los libros publicados hasta entonces, mereció el Premio Nacional de Poesía. En el 1976 publicó un nuevo libro de poemas, Cita con la vida. Carmen Conde ha escrito también novelas y relatos, entre los que algunos han sido dedicados a los niños.

Por otra parte, hoy tomará posesión de su sillón académicos el escritor y periodista Eugenio Montes, que leerá a las siete de la tarde su discurso de ingreso sobre El romanticismo de los clásicos. Le responderá el también académico Joaquín Calvo Sotelo.