Persona secuestrada durante una hora en Pamplona
Dos personas armadas con pistolas secuestraron a las siete de la mañana de ayer en Pamplona a Rafael Aguirre Iturbide, empleado del Bilbao en Pamplona, obligándole a sentarse en el asiento posterior de su coche, un R-12, en donde permaneció con la cara tapada por un pasamontañas. El secuestro duró alrededor de una hora, y sobre las ocho de la mañana Rafael Aguirre fue abandonado en su coche en la avenida de Sancho el Fuerte, de la capital navarra.Sobre las siete de la mañana Rafael Aguirre esperaba en la plaza Monasterio de Azuelo, en donde vive, para dirigirse con su mujer en su R-12 al Banco de Bilbao, en donde trabaja el matrimonio. Tenía el coche en marcha y la puerta izquierda abierta cuando fue sorprendido por un individuo de unos veinticinco años de edad, que apuntándole con una pistola a la cabeza le conminó para que pasara al asiento posterior, en donde le colocaron un pasamontañas para que no pudiera ver.
Junto con otra persona también armada se dirigieron con el coche hasta un lugar desconocido, que posiblemente podría estar en las cercanías de Pamplona, al que se podía acceder por un camino lleno de baches, según las manifestaciones del propio secuestrado. En ese lugar estuvieron aproximadamente media hora parados y volvieron de nuevo a Pamplona, posiblemente por la autopista que rodea la ciudad y que todavía no está abierta al tráfico.
Las dos personas que le habían secuestrado, antes de alejarse del lugar, amenazaron a Aguirre para que no avisara a la policía hasta que pasaran cinco minutos. Igualmente le entregaron 2.000 pesetas en efectivo para que pagara los posibles desperfectos que pudiera haber sufrido su coche.
Aunque los móviles del secuestro se desconocen, ya que ni la policía ni el propio secuestrado facílitaron datos durante el día de ayer, el coche de Rafael Aguirre podría haber sido utilizado para trasladar algo sin despertar las sospechas de la policía. En círculos bien informados se aseguraba ayer que podría tratarse de un comando de ETA, ya que el sistema del secuestro se asemeja a otros habidos últimamente en el País Vasco.
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