Amor prohibido
Este leve mal que el título del filme alude, no es la razón fundamental del conflicto en el que, poco a poco, se ve envuelto su protagonista, aunque a la postre resulte decisivo. Los problemas del joven Laurent derivan de su edad y son comunes a todos cuantos reciben su misma educación en un ambiente parecido, a medias entre el trato cordial, la amistad o el cariño de los padres, no reñido con cierto tipo de hipocresía. Hermano menor, a la vez burlado y protegido; hijo menor, a un tiempo olvidado y consentido, tras convertirse en un amante ideal de la madre llegará a ser su segundo marido por una sola noche.La historia de las relaciones entre ambos, de su amor y sus justificaciones, se hallan bien explicados con gracia y con rigor, para llevamos de un modo gradual y se diría matemático, hasta el momento final, donde aparece el verdadero fondo de la obra. Revivido o inventado sobre sus propios años, Louis Malle ha construido su guión desde un punto de vista a la vez comprensivo e irónico, añadiéndole una crítica no tan leve como parece y que atañe por igual a las personas y las instituciones. Así, los días de colegio que suponen las secuencias mejores, junto a las del balneario donde un humor acre y alegre campea a sus anchas todo a lo largo del relato.
Le soufle au coeur
Guión y diálogos: Louis Malle. Fotografía: R. Aronovich. Dirección: Louis Malle. Francia, 1971. Dramático.Local de estreno: Alphaville 1.
Sin embargo, la adolescencia adquiere categoría especial y diferente a través del problema fundamental que plantea el filme: el del incesto. O quizá no llega a plantearlo, puesto que tal relación viene dada como un accidente, subrayada como tal al final de la historia, cuando toda la familia ríe, incluidos ambos protagonistas.
En cierto modo se nos viene a decir que en nuestra sociedad tal tipo de relación, perdido su carácter de terror primitivo, tan sólo puede darse como tal accidente y en ocasiones especiales, no como en el mundo antiguo,sobre todo en sus cánones dramáticos. El pecado en este caso quedará, tal como la madre desea, como un vago recuerdo a un afecto pasado que se adivina cancelado definitivamente.
Evidentemente, Malle no es Bergman. Su público es distinto y los años en que realizó su filme no han pasado en balde, más aun, así, investigando, mirando en el fondo de ciertos años juveniles, no es difícil hallar deseos, tristezas y melancolías que en este filme se nos ofrecen a través de un cristal demasiado risueño en ocasiones.
De un modo u otro, es éste uno de los mejores de Louis Malle, no sólo por el problema en sí que a la postre resulta secundario, sino por el estudio atento que supone de una edad y una psicología juvenil, muy bien interpretado por Benoit Ferreux.
Babelia
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