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Crisis económica, seguridad y energía, temas del diálogo Carter-Giscard

A las tres de la tarde de hoy, 63 días antes de las elecciones legislativas francesas, se espera la llegada a París del presidente norteamericano, Jimmy Carter, para cubrir la última etapa de su periplo mundial, que terminará en Bruselas. Carter será recibido en el aeropuerto de Orly por su homólogo galo, Valery Giscard d'Estaing, y por su esposa. Los dos presidentes iniciarán el primero de los dos mano a mano que, hasta el viernes por la mañana, les permitirán estudiar de manera muy genérica, «casi filosófica», según el portavoz presidencial francés, la crisis económica, la seguridad en el mundo y la energía, los tres capítulos que probablemente serán tratados.El jueves, el señor Carter recibirá a varias personalidades políticas francesas entre las que, se adelantaba ayer, figuraría el líder socialista François Mitterrand.

Todo el fasto versallesco francés, para festejar al presidente americano, como el dispositivo de seguridad, para protegerlo, enmarcarán los honores oficiales del Gobierno francés al «apóstol americano que, en cada una de sus etapas, prodiga consejos y sermones sobre los derechos del hombre, sobre la no proliferación nuclear, sobre la moralidad de los hombres políticos», según apreciación irónica de un portavoz de la oposición de izquierdas.

Los presidentes sólo dialogarán cuatro horas, durante las que seguramente abordarán tres asuntos de importancia: la seguridad en el mundo, capítulo que le dará ocasión al señor Giscard d'Estaing para insistir ante Carter en que Francia sólo suscribirá un concierto mundial en el caso de que los países del Este se comprometan igualmente a congelar el «comercio de la muerte». La situación económica mundial serviría a los dos hombres de Estado para confirmar la gravedad de la crisis. El diálogo Norte-Sur, lanzado por Francia y frenado por EEUU, así como las cuestiones energéticas, se abordarán, por el lado francés al menos, a la luz de la importancia que tiene para Francia la energía nuclear. «Nuestra supervivencia en materia de energía -declaró anteayer el portavoz del palacio del Elíseo- depende de los centros nucleares y de la construcción de sobrerregeneradores.»

La escasez de tiempo disponible y la amplitud de los problemas favorecerá el temor «filosófico» que, según el portavoz del señor Giscard d'Estaing, caracterizará a las conversaciones. A la hora de la filosofía, según el presidente galo, todos los problemas reales del mundo habría que tratarlos teniendo en cuenta dos coordenadas esenciales: a la competición Este-Oeste se añade ahora la competición Norte-Sur, y para responder a las cuestiones que plantea este desafío de los tiempos presentes, los «valores democráticos son los mejores y los más eficaces».

El moralismo que caracterizó la primera etapa del presidente americano y que inspiró algunas esperanzas en Francia ha perdido crédito, y hoy, al examinar su aún breve trayectoria presidencial, «se descubre que su, comportamiento no difiere fundamentalmente del que caracterizó la política de Kissinger».

Hoy, a primeras horas de la noche, tras un mano a mano con el señor Giscard d'Estaing, el presidente americano pronunciará un discurso en el palacio de los Congresos, que estimaban anoche algunos observadores pudiese revestir cierta importancia. En vísperas de las elecciones legislativas, esta visita oficial puede significar un aval del señor Carter a la derecha gobernante. Sus entrevistas con hombres políticos de izquierdas moderarían el efecto.

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