Italia: un Gobierno moribundo presta dinero a empresas en quiebra
Con el Gobierno Andreotti casi moribundo, el Estado prestará 400.000.000.000 millones de liras 42.000 millones de pesetas) para que seis industrias en bancarrota puedan pagar los aguinaldos de Navidad y sus deudas. Las empresas serán momentáneamente salvadas por un consorcio de bancos, con la garantía del Tesoro, sin dejar de ser privadas.
Para el decreto-ley necesario, Andreotti ha tenido que ponerse de acuerdo con los sindicatos y los partidos. Ello no quiere decir que para su Gobierno corran buenos tiempos. Tras la tregua de Navidad, en enero se hablará de nuevo sobre el futuro de las industrias al borde de la quiebra.Los sindicatos confederados que ayer concluyeron su serie de entrevistas con los partidos, se reunirán el 5 de enero para fijar definitivamente la fecha de la huelga general. Por su parte, los sindicatos autónomos se han puesto de acuerdo con el ministro de Transportes para suspender la huelga intermitente que estas fiestas de Navidad iba a perjudicar exclusivamente a los emigrantes. La actitud sindical es la del «ultimátum». «O cambia -dicen los gremios- la política económica por presión de los partidos, o cambia el Gobierno.»
El Gobierno hace todo lo posible por no cambiar o por cambiar lo menos posible. Estas son las soluciones que la Democracia Cristiana propone ahora: renegociar el pacto a seis, eliminando diferencias como la del sindicato de policías, pasar del voto de «no-desconfianza » al voto de confianza, o formar un nuevo Gobierno con técnicos «independientes», del agrado de la izquierda. Si ninguna de estas soluciones fuese aceptada, la responsabilidad de anticipar las elecciones sería exclusivamente de comunistas, socialistas y republicanos.
Ante una Democracia Cristiana que está tanteando por ahora cual de las tres soluciones es la más realizable, a fin de no formar un Gobierno de emergencia o de unidad nacional con comunistas y socialistas, la izquierda responde cerrándose en banda.
Los comunistas excluyen soluciones intermedias. No quieren una crisis inmediata a oscuras, sin soluciones previas, y hoy se reúnen para dar carácter oficial a su política opuesta a una «mayoría orgánica» como quieren los socialdemocráticos.
El líder socialista, Bettino Craxi, se entrevistó ayer con el democristiano Benigno Zaccagnini. Ambos volverán a hablar el 10 de enero. Los socialistas tampoco quieren elecciones anticipadas.
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