Carter firma una ley que penaliza los sobornos americanos en el extranjero
Una ley destinada a impedir las prácticas corruptas de las compañías comerciales norteamericanas, y especialmente el soborno por las mismas de funcionarios de Gobiernos extranjeros, fue firmada ayer por el presidente Carter, quien dijo que este tipo de pagos ilícitos «daña nuestras relaciones con otros países».
Las nuevas normas legales disponen que las empresas lleven al día libros de contabilidad más precisos y establece un control de cuentas destinado a impedir la contabilidad paralela. La nueva legislación firmada ayer por Jimmy Carter impone multas de hasta medio millón de dólares (unos 41 millones de pesetas) a las compañías que efectúen sobornos y prevé sanciones de hasta 10.000 dólares y cinco años de cárcel a las personas físicas que realicen los pagos ilegales en nombre de las compañías.El congreso norteamericano comenzó a preparar la nueva legislación ¿ hace más de un año, después de que estallaran los primeros escándalos a nivel mundial y de que las investigaciones de un comité del Senado y de una agencia gubernamental descubriesen que más de cuatrocientas compañías estadounidenses habían realizado pagos ilegales y sobornos para obtener ventajas comerciales o conseguir contratos de Gobiernos extranjeros.
Carter recordó que durante, su campaña electoral del año pasado había defendido repetidas veces la necesidad de una legislación rígida que prohibiera los sobornos, y expreso su confianza en que la ley firmada ayer consiga estos objetivos. «Sin embargo -añadió-, estos esfuerzos sólo podrán tener éxito e In su lucha contra el soborno y la extorsión si otros países adoptan medidas análogas.»Mientras esta ley entra en vigor, aún no han finalizado las investigaciones que lleva a cabo la Securities and Exchange Conmission, una agencia gubernamental encargada de vigilar las prácticas comerciales de las compañías norteamericanas, sobre centenares de empresas que se acogieron a un plan de declaración voluntaria elaborado por la agencia. Además, queda pendiente el problema de si pueden hacerse públicos o no los nombres de los funcionarios sobornados, algo a lo que se oponen las compañías implicadas, con el apoyo del Departamento de Estado.
El pasado mes de mayo, la empresa aeronáutica Lockheed Aircraft Corporation reconoció haber pagado 38 millones de dólares a sus «agentes» en el extranjero, pero se negó a revelar los nombres.
En el caso de otras compañías que realizaron prácticas ilícitas, como la Northrop, la Gulf Oil y la Ashland Oil, sí que se dio a conocer la lista de implicados. Pero en la mayor parte de los casos, las empresas que declararon voluntariamente sus prácticas corruptas a la Securities and Exchange Conmission suprimieron los nombres de los sobornados y de los países donde se realizaron los sobornos.
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