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Nueva York: no se pudo prolongar la vida de la mujer embarazada

Rosemarie Maniscalo, la mujer embarazada mantenida artificialmente con vida en un hospital de Nueva York durante diecisiete días, murió ayer, según indicaron fuentes del Victory Memorial Hospital. La muerte de Rosemarie Maniscalo se produjo horas después de la decisión de sus familiares de que se le continuara aplicando el respirador, con la esperanza de salvar la vida del feto de cuatro meses, que no ha podido lograrse.

Uno de los médicos que atendían a la señora Maniscalo había declarado, poco antes de sobrevenir el fallecimiento, que aunque el estado de la paciente era irrecuperable, existían aún unas funciones vitales mínimas. Los médicos y la familia basaban en ello su esperanza de ampliar las posibilidades de que el hijo de la señora Maniscalo pudiera desarrollarse cinco o seis semanas más, período considerado como el mínimo imprescindible para que pudiera nacer con vida.Aunque la decisión de la familia, apoyada por algunos médicos, era que no se desconectasen las máquinas que la mantenían con vida, ni siquiera en el caso de que se constatara la muerte del feto, los últimos informes médicos se referían a complicaciones como una neumonía y una hemorragia interna, que dejaban muy pocas esperanzas de que el niño naciera sin malograrse, y prácticamente ninguna de que la madre pudiera sobrevivir.

Mientras tanto, las autoridades neoyorquinas han abierto una investigación sobre las causas que provocaron la hemorragia cerebral que motivó el coma de la señora Maniscalo, de veintisiete años de edad. Existen indicios de que su marido, John Maniscalo, la golpeaba con frecuencia, y se cree que la muerte clínica de la paciente podría haber sido producida por esos malos tratos. El esposo negó tales acusaciones y dijo que sólo en una ocasión, en el pasado mes de julio, mantuvo una pelea con su mujer, de la que ambos salieron con un ojo morado.

El doctor Julius Lorein, una de las máximas autoridades en electroencefalografía de Estados Unidos, se había mostrado partidario de que fuera mantenida con vida la señora Maniscalo. « Si existe alguna actividad cerebral -explicó Lorein-, y si ésta se encuentra localizada en la zona del cerebro que controla las funciones automáticas del cuerpo humano, se podrían suministrar alimentos, y la paciente, convertida en un vegetal crónico, podría servir de vehículo para que el feto contenido en su interior alcance el desarrollo necesario. »

Mientras que en algunos círculos se ha criticado la actuación de los médicos y se les acusa poco menos que de experimentar con un ser humano, la mayor parte de los expertos parecían partidarios de que se siguiera adelante, si bien nadie se mostraba demasiado optimista. Hasta ahora las máquinas no habían mantenido con vida a un cuerpo descerebrado más de una semana. En esta ocasión han llegado a diecisiete días.

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