"Rescatar la magia de lo cotidiano"

El lenguaje elemental y directo del teatro de marionetas, hace de éste una forma de expresión y comunicación ideal para los niños que, sin embargo, y a pesar de contar con una valiosa tradición en nuestro país, se encuentra un poco abandonado. Alberto y Miguel, dos artistas argentinos del teatro de títeres, han iniciado a través de sus representaciones en el Zoo madrileño el trabajo de enseñanza en su taller de la calle Moratín, una campaña por el resurgimiento de este teatro y su inscripción en el marco de la escuela. Los domingos del mes de diciembre, a las doce de la mañana actuarán en la Sala Cadarso.«En cierta medida fue Federico García Lorca quien despertó en Argentina la afición por los títeres, a través de las representaciones que dio en nuestro país. Pero Los Duendes, como grupo que se forma en el 68 con la pretensión de dar a conocer el teatro fuera del marco tradicional en que se venía representando.»

Alberto y Miguel, protagonistas de este intento, abandonaron su país hace cuatro meses para montar su pequeño taller de marionetas en Madrid. «Nos dedicamos a una doble labor; por un lado, las representaciones teatrales con muñecos que hemos realizando para el público infantil en el Zoológico de la Casa de Campo hasta hace muy poco, y que continuaremos en la Sala Cadarso el próximo mes de diciembre, y por el otro, la de enseñar esta técnica a todas las personas interesadas en conocerlas.

Hemos organizado un curso también para maestros, porque consideramos el teatro de títeres como algo de gran valor y posibilidades de aplicación pedagógica. Es una forma de expresión utilísima en la escuela; primero, porque potencia la creatividad infantil, permite dar rienda suelta a un mundo de imaginación ilimitada, y segundo, porque a través del juego, que es la forma esencial de conocimiento del niño, le pone en con tacto con la literatura, la pintura, la música, etcétera. » El equipo de Los Duendes utiliza dos técnicas fundamentales en sus obras; la del guiñol grande y los títeres de varillas. Los textos que representan, casi siempre originales, son historias sencillas que intentan romper con los esquemas tradicionales de personajes de cartón-piedra. «Aunque sabemos que la violencia está presente constantemente en la vida, procuramos, prescindir de ella lo más posible en nuestras piezas dedica das a los niños. Nuestros héroes no son personajes fabulosos que lo resuelven todo haciendo uso de su varita mágica, sino tipos normales, casi tontos, que a veces solucionan los problemas y otras muchas no». La edad idónea para comprender,

disfrutar y poder manejar es tos muñecos, la sitúa Alberto entre los seis y los diez años. «Su finalidad no es sólo divertir, sino transmitir algo que les haga pensar, por supuesto no de una manera panfletaria. De ser el colofón obligado de las fiestas escolares, el teatro de marionetas debe pasar a ocupar un lugar de privilegio en la escuela, ampliando así sus perspectivas de desarrollo.

Los Duendes reivindica un papel preponderante en el mundo infantil para esta forma de expresión artística tan a la medida de los niños, que conjuga el aprendizaje con la diversión.