Kenneth Tynan: "Soy un observador de la vida cotidiana"
Entrevista con el creador de "Oh Calcuta"
Kenneth Tynan es un inglés cuyo nombre se asocia al espectáculo ¡Oh Calcuta!, aunque en su propio país su fama trasciende ese ámbito. Ha sido director literario del Teatro Nacional de Londres mientras Sir Lawrence Oliver fue su cabeza visible. Es, además, un observador implacable de la vida cotidiana. Como tal, está estos días en España, analizando lo que dejó el franquismo y lo que se empieza a construir en el postfranquismo. El resultado de sus investigaciones aparecerá en la revista norteamericana The New Yorker.
«¿Puedo tomarme un vaso de vino antes de contestar a esa pregunta?», dice Kenneth Tynan cuando se le pide una definición de sí mismo. «Yo no puedo decir que sea un crítico de arte, porque no me gusta la palabra crítico y porque no creo que el arte tenga significado por sí mismo. Quizá podría decir que soy un estudiante de lo que hacen los demás, de los actores, los matadores, los deportistas, los que conversan, los directores de cine. Me gusta estar en los campos de fútbol, en las mesas de los restaurantes. Quisiera darle forma permanente a las cosas perecederas .Guardar para siempre lo que los demás dicen fugazmenge.»Kenneth Tynan no es un buen crítico de las ideas. « Más bien, las interpreto narrando simplemente lo que hace la gente. Un poco Como lo que hacía Bertolt Brecht, aunque con él no comparto el fondo marxista de sus obras.».
¡Oh Calcula! es el resultado, limitado por la interpretación de quienes llevaron la obra al escenario, de la admiración que Tynan siente por Wilhelm Reich, el conocido sicoanalista. «Yo creo, como él, que para hacer la revolución política primero hay que llevar a cabo la revolución sexual. Si la revolución política la hacen personajes que no están liberados sexualmente, tendremos como consecuencia una nueva forma de esoclavitud social. Tenemos muchos ejemplos de que esto ocurre. Cuando se produjo la revolución rusa se promulgaron numerosas leyes que acababan con la represión sexual. Stalin acabó con esa legislación renovadora. La liberación sexual es peligrosa para los dictadores, por que para un pueblo liberado resulta inconsistente la figura de un patriarca.»
Kenneth Tynan ha venido muchas veces a España. No había regresado desde que murió Francisco Franco. «No puedo hablar de la vida privada de la gente de Madrid. El cambio político es más fácil. El proceso de revolución sexual es más lento y ese es el que da consistencia y mantiene al otro. Yo sé que en España la puesta en escena de ¡Oh Calcula! se ha visto cómo un ejemplo de que han variado las cosas. Por supuesto, me hace feliz que se le haya dado ese valor a mi obra. Pero uno nunca busca esos resultados. No creo que Beckett haya intentado que los polacos identificaran Esperando a Godot con sus propias esperanzas de cambio.»
Un caballero inglés
Kenneth Tynan tiene el aspecto de un caballero inglés -de Liverpool, la patria de los Beatles-, que conserva las virtudes de puntualidad, corrección y amor por el vino que distingue a los hombres de su tierra. Su larga estancia en Estados Unidos no ha limitado esa actitud. Tampoco sus ideas sobre la liberación sexual le han llevado a buscar caminos distintos para su propia vida sexual. «No tengo envidia a los homosexuales porque mi vida sexual es muy buena. Creo, de todas formas, que cierto nivel de homosexualidad puede hacer mucho bien al amor. Hemingway dice en algunos textos inéditos que las relaciones bisexuales eran su ideal. Creo que, en general, la liberación sexual que se persigue en muchos países hará más fáciles los contactos entre las personas. » El creador de iOh Calcula! estrenó hace muy poco, en Londres, Carte Blanche, una colección escenificada de textos eróticos de diferentes poetas antiguos y contemporáneos. A pesar de que su vida teatral ha sido intensa -se muestra muy orgulloso de sus diez años en el Teatro Nacional londinense y habla con nostalgia de los tiempos en que la revista Primer Acto reproducía sus textos en España- se resiste a hablar de ella, o en todo caso se expresa con cierto escepticismo. Muestra más interés por la política española de ahora.
«Hay unos versos de Mao Tse tung -dice Kenneth Tynan-, que resumen lo que yo espero que pase, en España: hay que buscar un jardín donde florezcan cien flores. Lo que hay que cuidar es la elección del jardinero. Por otro lado, el jardín no puede tener paredes ni puertas ni, por supuesto, llaves.»
Kenneth Tynan se resigna y habla de ¡Oh Calcula!: «Quise hacer una historia de la culpa y la vergüenza como sentimientos absurdos. Esperaba que otra gente se hiciera eco y siguiera los presupuestos de esa obra, pero el resultado en ese sentido ha sido decepcionante.»
El teatro inglés, por otra parte, es para Kenneth Tynan un motivo de esperanza. «Hay muchos grupos jóvenes que hacen, sobre todo, teatro político y que están más a la izquierda que personajes como Toni Stoppard, que es uno de los más famosos autores británicos de hoy. En cuanto al Teatro Nacional en el que yo trabajé, pienso que ha perdido su ímpetu inicial, aunque ya es imposible que retroceda con respecto a los niveles que le dimos Lawrence Oliver y yo. En cualquier caso, lo más grave dentro del teatro inglés es el alto índice de desempleo que padecen los actores.»
«Sin embargo -añade Tynan-, no pienso que haya crisis en el teatro de mi país, Creo que es muy saludable todo lo que se está haciendo en Gran Bretaña y en especial estimo que lo que se representa, tanto en Londres como en las regiones, es de nivel internacional y no desmerece lo que se hace en Francia o en Norteamérica. Aquí, en España, me he perdido mucho teatro porque mi español es deficiente y prefiero ver las calles, que contemplar, un escenario donde ocurren cosas que no entiendo en absoluto.»
Babelia
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