Satisfacción: se ha superado el techo catalán

El decreto-ley sobre el régimen preautonómico para Euskadi será aprobado hoy en San Sebastián por la Asamblea de Parlamentarios vascos, que se reúne en sesión plenaria para tratar únicamente este tema. Una vez cumplido este trámite -se da por descontado el consenso en los términos que ya fueron acordados hace una semana por Clavero y los tres negociadores vascos-, la asamblea habrá cerrado por su parte la negociación, pendiente tan sólo de la rúbrica del Gobierno.A éste es al que corresponde ahora superar las dificultades que en esta última instancia han planteado los parlamentarios navarros de UCD. En definitiva, es una cuestión interna que corresponde resolver a la propia UCD.

Si a Suárez no le va a ser fácil hacer que sus parlamentarios navarros acepten el mecanismo previsto para la incorporación al Consejo General, hay que recordar que los negociadores vascos han tenido que salvar también el escollo inicial de Euskadiko Ezkerra para lograr el consenso de todas las fuerzas parlamentarias vascas.

El pleno que celebra hoy la Asamblea de Parlamentarios se convoca 37 días después de que este mismo organismo aprobara en San Sebastián, el 19 de octubre, el borrador preautonómico elaborado conjuntamente por PSOE y PNV.

El texto inicial, ambicioso dentro de su realismo, ha sufrido no, pocas variaciones a lo largo de las siete entrevistas mantenidas por el ministro adjunto para las Regiones, señor Clavero Arévalo, con los tres negociadores vascos, los diputados señores Ajuriaguerra (PNV), Benegas (PSOE) y Echeverría (UCD). En alguna entrevista este último fue sustituido por su colega de partido señor Viana.

Antes de que se iniciara formalmente la negociación, tuvo lugar en las Cortes, en el despacho del señor Hernández Gil, una primera entrevista con el presidente Suárez, a quien se hizo entrega del borrador. El jefe del Gobierno manifestó que había esperado con mucha ansiedad ese momento, les hizo ver que se encontraba muy preocupado por el tema vasco, y puso algunas condiciones genéricas a la negociación. Entre ellas figuraba la exclusión de Navarra.

Puntos conflictivos de la negociación

Democratización de las diputaciones. La primera negativa del señor Clavero se registró en este punto, que según aseguró era considerado como innegociable por parte de Martín Villa, debido al precedente que supondría para otras provincias, que también estaban a la espera de las elecciones generales municipales. Los vascos insistieron en este tema a lo largo de todas las entrevistas, por considerarlo como el único método para una posible incorporación inmediata de Navarra. Fue en la última entrevista cuando Clavero dio la negativa definitiva.

Incorporación de Navarra. Este tema flotó sobre la negociación permanentemente, La oposición inicial del señor Suárez se hizo más flexible más adelante, al advertirse que era una cuestión clave que podía poner en peligro toda la negociación.

El Gobierno aceptó en última instancia que se citase a Navarra entre los territorios históricos.

Facultades del Consejo General. La sombra catalana ha actuado sobre este tema. El Gobierno aducía el malestar que podía originar entre los catalanes la concesión de las siete competencias que pedían los vascos, cuando tan sólo tres de ellas habían sido reconocidas a la Generalitat. El texto final incluye cinco facultades, dos de las cuales están por encima del techo catalán: resolver las materias que afecten exclusivamente al País Vasco y proponer medidas al Gobierno.

Un tema discutido fue el de la competencia sobre las fuerzas de orden público. A falta de una alternativa concreta por parte de los vascos (existía, al parecer, una buena disposición para que el ente autonómico se encargase de este campo) se decidió dejar esta materia para la negociación que se lleve a cabo dentro de la comisión mixta.

Composición del Consejo General. La propuesta vasca era de cinco miembros elegidos por las Juntas Generales y otros cinco por los parlamentarios, lo que hace un total de cuarenta miembros. El Gobierno ha tratado en todo momento de evitar que se crease un organismo numeroso que indujera a pensar en una asamblea legislativa vasca. Al final se ha reducido a seis el número de representantes de cada territorio, tres por las Juntas y tres por los parlamentarios.

La figura del presidente no plantea problemas hasta el final. El señor Clavero plantea la disyuntiva de que sea un presidente efectivo nombrado por decreto o un presidente rotatorio elegido en cada sesión. Se salva el problema con un presidente elegido «a efectos de representación», sin carácter ejecutivo.

Conciertos económicos. Es el último escollo de la negociación por considerarse tema constitucional. Fernández Ordóñez se muestra partidario de la descentralización administrativa, aunque se opone a que ésta sea prejuzgada. Los vascos insisten en que se trata de restituir a Guipúzcoa y Vizcaya algo que se les había quitado injustamente y que se mantiene en Alava. Se llega a una fórmula de compromiso recogida en la disposición final primera: el tema será negociado por una comisión mixta.

Un decreto positivo

El principal logro de la negociación ha sido, en opinión del negociador José María Benegas, haber incluido a Navarra como a uno más de los territorios históricos vascos.

Según su testimonio, a lo largo de la negociación las posiciones se han ido encontrando gracias a la flexibilidad del señor Clavero y a la habilidad demostrada por Cosculluela.

En líneas generales entiende el señor Benegas que se ha superado a los catalanes, sobre todo en lo relativo a las competencias del Consejo General,

El único tema que queda pendiente al margen de texto preautonómico, la supervivencia del Gobierno vasco en el exilio o la incorporación de sus miembros al Consejo General, será estudiada hoy mismo por el Gobierno vasco en Bayona.