España ingresa hoy en el Consejo de Europa como miembro número veinte
El Consejo de Europa, la más antigua de las organizaciones políticas de Europa Occidental, fue creado el 5 de mayo de 1949 en Londres por los diez países siguientes: Bélgica, Dinamarca, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Noruega y Suecia.
Su objetivo principal, definido en el artículo 1 de su estatuto, es el de «realizar una unión más estrecha entre sus miembros a fin de salvaguardar y promover los ideales y los principios que constituyen su patrimonio común y de favorecer su progreso económico y social». Cualquier Estado europeo puede convertirse en miembro del Consejo si «reconoce el principio de la preeminencia del Derecho y el principio en virtud del cual toda persona colocada bajo su jurisdicción debe gozar de los derechos del hombre y de las libertades , fundamentales» (artículo 3). Los diez miembros originarios se han convertido en diecinueve por la incorporación de Austria, Chipre, República Federal de Alemania, Grecia, Islandia, Malta, Suiza, Turquía y Portugal. En 1969, Grecia abandonó la organización poco antes de ser condenada por violación del convenio europeo de los derechos del hombre; en 1974 fue readmitida tras la caída del régimen de los coroneles.
Comité de ministros y Parlamento
En el Consejo de Europa existen dos órganos fundamentales: el Comité de Ministros y la Asamblea Parlamentaria. El primero de ellos está compuesto por los ministros de Asuntos Exteriores de los estados miembros (o los suplentes designados por éstos para actuar en su nombre). Decide con efectos vinculantes todos los asuntos de organización interna, hace recomendaciones a los Gobiernos y suele elaborar los proyectos de convenio. Normalmente se reune en mayo y en diciembre de cada año. Cada representante dispone de un voto.
La Asamblea Parlamentaria está compuesta por 154 miembros. El número de representantes de cada país está en función de su población, desde un mínimo de tres a un máximo de dieciocho para los cuatro países más poblados: Francia, Italia, República Federal de Alemania y Gran Bretaña. Los miembros son nombrados o elegidos por sus parlamentos nacionales y cada delegación suele reflejar en su composición la relación de fuerzas de los partidos dentro de su parlamento nacional. Sin embargo, no representan a su Gobierno, se sientan en la Asamblea por orden alfabético y son portavoces de la opinión pública. A pesar de esto, existen grupos parlamentarios: el demócrata cristiano, el socialista y el liberal. La Asamblea celebra una sesión anual ordinaria, dividida normalmente en tres períodos. Entre sus funciones están la de someter recomendaciones al Comité de Ministros, aprobar resoluciones y discutir temas de interés común para los países europeos. No tiene, sin embargo, ningún poder legislativo. Junto con estos dos organismos existe un secretariado permanente compuesto por un secretario general, un secretario general adjunto y unos 750 funcionarios internacionales.
Concebido por algunos de sus principales promotores como el órgano fundamental para conseguir la unidad europea, hasta el punto de querer dotarle de cierto carácter supranacional, el Consejo de Europa no ha cumplido este papel. Las cuestiones militares fueron confiadas a la OTAN, las económicas a la OCDE. La creación de la CEE disminuyó aún más su importancia. Sin embargo, sería injusto no reconocer la importancia de su labor que se ha extendido a los terrenos más diversos. En su seno se han elaborado el convenio cultural europeo de 1954, la carta social europea de 1961, el convenio europeo sobre asistencia social y médica de 1961, el convenio europeo contra el terrorismo de 1977. Igualmente se ha ocupado del medio ambiente, de diversos aspectos de la educación, de la reforma del derecho, de la información, de los monumentos y lugares de interés artístico...
Por otra parte, el Consejo de Europa ha jugado un papel decisivo en la protección de los derechos humanos, no sólo mediante el convenio de salvaguardia de los derechos del hombre y de las libertades fundamentales, sino mediante el establecimiento de un sistema de garantía de estos derechos que, en determinadas circunstancias, puede llegar a amparar al individuo contra su propio Estado.
Hoy, día 24, España se convertirá en el vigésimo miembro del Consejo de Europa. El ministro español de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, va a depositar en Estrasburgo el instrumento de adhesión de nuestro país a la organización europea, y firmará el convenio europeo para la protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales. Se cumplirá así la invitación realizada a España por el Consejo de Europa, durante la reunión del Comité de Ministros, celebrada en Estrasburgo el 12 de octubre último.
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