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El Senado ratifica la adhesión de España al Consejo de Europa

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Por unanimidad y con aplausos, todos los grupos parlamentarios del Senado, desde socialistas a ucedistas e independientes, aprobaron ayer la adhesión de España al Estatuto del Consejo de Europa en un Pleno lleno de resonancias históricas sobre la lucha europeísta, desarrollada en los últimos cuarenta años, sin que faltaran los recuerdos al contubernio de Munich, según denominó la propaganda franquista de la época el Congreso del Movimiento Europeo celebrado en la citada ciudad alemana en 1962. La decisión del Senado ha venido a coronar el proceso de adhesión a esta institución europea, iniciado por el Gobierno, y al que ya dio su visto bueno el Congreso de Diputados en su último Pleno.

El mismo Pleno senatorial decidió también por unanimidad de todos los grupos parlamentarios aprobar la creación de una comisión especialmente dedicada a formular las bases de una política científica que llene el actual vacío que sufre España en este terreno. Con la abstención de 79 senadores, (Grupo Socialista, Progresistas y Socialistas Independientes, excepto el señor Satrústegui, vascos, Entesa dels Catalans y cinco de UCD), el Senado aprobó finalmente el crédito extraordinario de 2.200 millones de pesetas para la Compañía Trasmediterránea, que no había ,conseguido los votos necesarios para su aprobación en el anterior, Pleno senatorial.

El debate en el Senado sobre la adhesión de España al Consejo de Europa constituyó la caja de resonancia en la que algunos de los protagonistas del contubernio de Munich, en 1962 senadores en la España de 1977. se reafirmaron en su coñducta de entonces en defensa de los principios europeos, sin que pudieran evitar, a pesar de la moderación de sus intervenciones dar la sensación de que consideraban el Pleno al que asistían como una especie de victoria moral sobre las persecuciones pasadas. Joaquín Satrústegui, del Grupo Progresistas y Socialistas Independientes, resaltó la diferencia existente entre el momento presente y aquellos años, en los que «luchar por Europa era poco menos que declararse antiespañol», y Manuel de Irujo, vasco, otro de los protagonistas es pañoles de Munich, habló, sobre todo, en nombre de los refugiados españoles «que nos hemos pasado durante 38 años clamando por la unidad de Europa». Mientras que Juan Carlos Guerra Zunzunegui, en nombre de UCD, calificó de «paso simbólico» hacia la plena integración europea la adhesión de España al Consejo de Europa, Mariano Aguilar Navarro, del Grupo Socialista, precisó que se trataba de algo más que un paso simbólico por lo mucho que obligaba a España en el ámbito jurídico internacional.

El debate sobre política científica, originado por la presentación de dos proposiciones no de ley de la Agrupación Independiente, en orden a que el Gobierno y el Senado formen sendas comisiones sobre el tema, dio lugar a la intervención de la senadora por designación real, Gloria Begué. Entre otras cosas señaló que la situación de la investigación científica en España es crítica. Agregó que la política científica debe entenderse como política de Estado y como tal ha de formularse para asegurar una clara continuidad, por encima de intereses de grupo, situaciones coyunturales o cambios en la Administración.

En el mismo sentido se pronunció el senador Miguel Cordero, del Grupo Progresistas y Socialistas Independientes. Las dos proposiciones no de ley fueron aprobadas por unanimidad por el Senado.

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