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Homenaje de Francia al creador de "'Asterix"

René Goscinny (fallecido el sábado en Paris), camuflaba sus paquetes americanos de Chesterfield en los paquetes franceses, azules, de Gauloises. En 1959, pocos meses después del retorno del general Charles de Gaulle al poder, inventó a Astérix, el héroe de dibujos animados encarnador del nacionalismo irónico y profundo, que recorrió el mundo entero hasta alcanzar, en el momento presente, la cifra de cuatrocientos millones de ejemplares de venta.

El heredero del gaullismo, el presidente Georges Pompidou, citaba a Astérix en las conferencias de prensa. El creador de este héroe que sensibilizaba a los obreros, a los profesores, a los políticos, a los hombres y a las mujeres, murió el pasado sábado, a los 51 años, en plena gloria, de una crisis cardíaca.La grandeza y la miseria del héroe truncado se llamaban René Goscinny, o Astérix, o sus hermanos también huérfanos: Lucky Luke e Iznogoud. Ayer, en la primera página de toda la prensa, los editoriales, los comentarios, los Adiós, Goscinny, La Galia está en duelo, Una cierta idea de la Galia, recordaban el último homenaje a alguien que puede ser un presidente de la República, un premio Nobel, o, simplemente, el rey moderno de los dibujos animados en Francia.

Al ministro de Justicia, Alain Peyrefitte, académico, le faltó tiempo para declarar en honor del padre de Astérix: «El fenómeno sociológico, francés e internacional a la vez, que representa Astérix, es de un alto interés.» Goscinny había tocado con humor, pero también con precisión, un punto central más o menos conocido de las sociedades humanas: este fenómeno es el pensamiento político del general De Gaulle.... el nacionalismo invariable fue lo que caricaturizó graciosamente Goscinny en el personaje de Astérix. Este fenómeno afecta a todos los pueblos. Francés medio típico, René Goscinny ha suscitado con su muerte los mismos elogios entre sus cincuenta millones largos de conciudadanos: «Era el padre del francés más conocido en el mundo después de De Gaulle: Astérix el galo», recordaba el diario de izquierdas Le Matin, al mismo tiempo que el de derecha ultraconservadora, L´Europe, en su editorial subrayaba que Goscinny «se ha ido, pero han quedado sus personajes irrisorios, que forman parte de nuestro patrimonio».

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