Los recientes episodios terroristas abren un interrogante político en Alemania Federal
«Las secuelas del secuestro de Sehleyer no han hecho más que comenzar», ha declarado este fin de semana el ministro de Educación alemán. «La dimisión del ministro de Justicia de Baden, no ha clarificado aún nada», ha dicho otro político.
Efectivamente, la nueva etapa no ha hecho más que comenzar, con no pocos interrogantes sin respuesta, y no sólo sobre las armas y la dinamita en la prisión de Stamhein. Una revista de los cristianos sociales de Baviera, rama democristiana de Strauss, Epoche, dice que a no tardar desaparecerá de la escena política el contemporizador Köhl, jefe del partido, para dejar el puesto al líder democristiano del estado de Hessen, Dregger, que tras el secuestro de Schleyer pidió. la formación de comandos populares para la caza de supuestos o reales terroristas, «sin tener que someterse a menudencias burocráticas». ¿Será Dregger el canciller de Alemania Federal en 1980?La sicosis de terror renace ahora en este país, tras el alivio de la liberación de los pasajeros secuestrados, A falta de una terapéutica contra las secuelas colectivas de los sucesos de los últimos días, y como consecuencia de la desconfianza sembrada desde el poder y desde la oposición, la reacción social frente a lo que venga puede ser muy parecida a la de los ciudadanos de Stuttgart, contrarios a que se dé sepultura a Baader, Raspe y Enssling en un cementerio municipal, porque esto sería «una provocación contra nuestros héroes enterrados en el mismo lugar ». A duras penas ha logrado apaciguar los ánimos el alcalde de la ciudad, Manfred Romhel, hijo del zorro del desierto, y mariscal de Hitler. El jueves, día del entierro, los tres cuerpos recibirán sepultura en un nicho comprado por el padre de Gudrum, el pastor evangélico Helmut Henslic.
Doscientas personas fueron detenidas ayer en París cuando se manifestaban en el barrio de la estación de St. Lazare, para reclamar «democracia en la República Federal de Alemania».
Varias acciones antialemanas se han registrado en las últimas veinticuatrohoras en París y Toulouse para protestar contra la tesis oficial del suicidio de Andreas Baader.
Por su parte, la CGT de la región de Alsacia expreso ayer su preocupación ante «los peligros que implica la actual campaña antiterrorista, para las libertades individuales y sindicales».
También en Italia prosiguieron ayer los atentados contra empresas de firmas alemanas,
Al grito de «fue un crimen de Estado», grupos de jóvenes lanzaron piedras y bombas molotov en las concesionarias de Volkswagen, Mercedes, Singer y BMW
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