Suárez propone en Irlanda un plan de cooperación pesquera
El presidente del Gobierno español, Adolfo Suárez, concluyó ayer en Dublín la segunda etapa de su gira por las nueve capitales de las Comunidades Europeas. Durante sus conversaciones con el primer ministro irlandés, Jack Lynch, Suárez recibió la confirmación del apoyo político de Irlanda al ingreso de España en la CEE y propuso a su irterlocutor un plan de cooperación pesquero hispano-británico encaminado a solucionar las dificultades que encuentran los pescadores hispanos en aguas comunitarias, dificultades que ayer fueron flagrantes: dos pesqueros hispanos fueron capturados por patrulleras irlandesas a veintisiete millas de las costas de este país, en aguas jurisdiccionales.
El presidente Suárez llegó en la mañana del jueves a Dublín, procedente de Londres, donde a primeras horas recibió a representantes de la colonia española en la capital británica. También a primera hora, Suárez pudo comprobar cómo la prensa del Reino Unido minimizaba su visita de manera espectacular.En medios políticos británicos, se calificó esta minimización de la visita a Londres -la primera en los últimos cincuenta años- como una respuesta a la reacción del Foreign Office, que insistió a los periodistas británicos en que no hubo nada interesante. En los medios periodísticos de Londres se nos confirmó esta idea y la decepción británica, porque tanto Callaghan como Owen, su ministro de Asuntos Exteriores, esperaban arrancar de España el deshielo inicial del bloqueo a la Roca como éxito político, sin compromiso formal de negociaciones.
Suárez ha quedado corno un duro en Londres y falta saber, ahora, si Gran Bretaña reaccionará favorablemente, es decir hacia las negociaciones.
Captura de dos barcos españoles
Pero el malestar que en la comitiva española causó este trato periodístico británico no acabó aquí. En Dublín, la prensa de la tarde recibía la llegada de Suárez con la noticia de la captura de dos barcos pesqueros españoles que faenaban a veintisiete millas de las costas irlandesas y que fueron llevados al puerto de Valentía. La noticia, tensa e inoportuna, dio pie al más importante de los temas bilaterales hispano-irlandeses: la pesca. Así, Suárez, después de escuchar a su homólogo, Lynch sobre la óptica de Dublín en el terna de la ampliación de la Comunidad, favorable a una Europa política, con una política regional reforzada y una agricultura que proteja -como ahora- a las débiles producciones del norte europeo, entró de lleno en esta cuestión.
El presidente hizo una propuesta formal al Gobierno de Irlanda para establecer una cooperación pesquera a través de empresas mixtas para la captura e industrialización del pescado. Los irlandeses, sin muchas reservas en principio, prometieron estudiar la oferta, pero, por otra parte, insistieron en que su país no podrá hacer concesiones, en el marco comunitario, a pesqueros españoles que se aproximen a cincuenta millas de sus costas, argumentando esta dura posición en la debilidad de su economía y en la necesidad de defender los intereses de su industria pesquera.
Irlanda prometió, por otra parte, colaborar en el seno del Consejo de Ministros de la CEE para la pronta firma del acuerdo marco pesquero con España, que se hace de rogar ante la dureza de las ofertas comunitarias en materia de licencias pesqueras y de nivel de capturas Irlanda dejó entender que a partir de las cincuenta millas y hasta las doscientas del límite actual de aguas jurisdiccionales, permitiría una cierta facilídad o vista gorda a barcos españoles, pero no dentro de las cincuenta millas que constituyen hoy su caballo de batalla en el seno de la CEE para convertirlas en uso exclusivo irlandés. Y es en estas cincuenta millas donde fueron capturados los barcos hispanos que pasaron a la legislación judicial y cuyas tripulaciones comparecerán hoy ante el juzgado de Tralee. Se cree, no obstante, que ante la visita del presidente, los jueces serán benévolos en este caso.
Finalmente, cabe señalar que el presidente Suárez en su conferencia de prensa destacó el Interés español por una «Europa política», y el deseo hispano de establecer un acuerdo cultural con Irlanda, aumentar las becas de estudios y los intercambios comerciales. Asimismo, es interesante destacar la buena acogida que le otorgó Irlanda, país satisfecho por la visita -que Grecia le negó en su gira- y que puso de manifiesto su propio primer ministro en un discurso en el que destacó los lazos históricos y culturales que acercan a ambos países y el papel de puente hispano-americano que Madrid puede desempeñar en sus relaciones con Europa.
Al término de su charla con los periodistas, Suárez recibió unos momentos al líder de la oposición, Garret Fiztgerald y con anterioridad recibió a la viuda del presidente Valera.
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