_
_
_
_
Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Visión de una dictadura mediterránea

Después de tantos filmes extranjeros e indígenas en los que lo político viene a ser sólo un ingrediente más con que actualizar anécdotas y conflictos triviales, he aquí uno sincero y sobre todo explícito, sin simbolismos farragosos, ni mensajes más o menos irracionales.Z, que marcó, hace ya tiempo, el mejor momento del binomio Semprún-Gavras, inicia su carrera en nuestras pantallas quizá un poco tarde desde el punto de vista puramente cronológico, pero a su tiempo justo si tenemos en cuenta el desarrollo y las implicaciones del actual momento político español.

Su historia es -más o menos seguida de cerca- la del diputado griego Lambrakis, herido en circunstancias parecidas a las que se reflejan en la película, el 20 de mayo de 1963, y cuya muerte, con el escándalo consiguiente, provocó la caída del Gobierno, propiciando Ia victoria de la EDA y las fuerzas centristas en las siguientes elecciones, victoria breve en realidad, abortada pronto por el golpe de Estado de los coroneles.

Z

Guión: Jorge Semprún.Dirección: Costa Gavras. Música: Theodorakis. Intérpretes: Yves Montand, Irene Papas, Jean Luis Trintignani, Bernard Fresson, Jacques Perrin, Charles Dennery Renalo Salvatori. Franco-argelina. Color. Política, 1968. Local de estreno: Novedades y Benlliure

Dividido en dos partes bien diferenciadas, este filme ha sabido aplicar a un tema de actualidad política una técnica propia de las historias policiacas. Desde un principio conocemos el crimen y quién lo cometió; el interés reside en saber si los investigadores -en este caso el juez y un periodista lograrán probar la culpabilidad de los responsables más o menos inmediatos, por encima de intrigas, amenazas y presiones. Aunque esta técnica no sea del todo nueva, se muestra en cambio aquí en toda su eficacia y a ello se debe, en gran parte, la atención del público: a su forma de presentar una realidad política sin necesidad de doctrinas ni discursos.

De las dos partes antes aludidas, aquella en que la historia se inicia y plantea es la que acusa un poco el paso de los años, quizá porque la verosimilitud, en lo que a su protagonista se refiere, no consigue ir mucho más allá de lo convencionalmente cinematográfico. Yves Montand, intérprete favorito de este tipo de personajes con vagas escapadas a lo sentimental, pone todo de su parte por Regar a emocionamos, cosa que no acaba de conseguir del todo.

La segunda, en la que la ironía corre vecina al simbolismo cuando no a la sátira, se mantiene más viva, como la letra a la que alude el título, dándonos una acertada visión del lado menos oscuro de una dictadura mediterránea más cercana a los golpes de Estado hispanoamericanos que a la tragedia de los regímenes nazis.

Rodado en Argelia por razones evidentes y no en Grecia, la ambientación es en todo momento, excelente, al menos para los no, griegos, a quienes no extrañará oír a los personajes expresarse en, francés. En lo que a la interpretación se refiere, destaca sobre todos Trintignant, seguido de cerca por un Renato Salvatori joven y convincente, Jacques Perrin y la inevitable Irene Papas en el personaje más endeble de la historia.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_