Denuncian la ilegalidad de la selectividad en Medicina
En una asamblea celebrada anteayer por los alumnos no admitidos en las facultades de Medicina de Madrid, con una nutrida representación de padres, se elaboró un extenso comunicado que resume pormenorizadamente la grave situación en que dichos alumnos se encuentran.En él se recogen los artículos, leyes y decretos que establecen con toda claridad la ilegalidad del decreto de 20 de agosto de 1977, cuya aplicación es «arbitraria, con efecto retroactivo y, por tanto, contra toda práctica establecida en Derecho, y contra disposiciones de rango superior, lo cual lo invalida por la propia jerarquía de las normas».
Se refieren, en concreto, a la ley de 24 de julio de 1974, referente a las pruebas de aptitud para acceso a la Universidad, que en su artículo 2 dice literalmente: «En ningún caso habrá número predeterminado de aptos, ni nuevas pruebas para el ingreso en las distintas facultades, escuelas técnicas superiores y colegios universitarios».
Ante las posiciones de las autoridades académicas, que basan la aplicación del numerus clausus, entre otras causas, en la falta de camas hospitalarias docentes, falta de espacio y aulas, y el excesivo costo social alumno-curso, en el comunicado se afirma que «la mayoría de los denominados hoy hospitales no son tales, pues no cumplen las. especificaciones de la Organización Mundial de la Salud, que califica como hospitales a aquellos centros sanitarios que dan: asistencia, docencia e investigación, en cuyo caso, de cumplirse estas normas, ya en el momento actual sobrarían camas para la docencia.
Reiteran, por otra parte, el argumento que ya han esgrimido otras veces ante la opinión pública en cuanto al problema de la falta de espacio: «que la facultad de Medicina de Madrid es la mayor de Europa, estando en su mayor parte inutilizada».Por lo que respecta al coste social alumno-curso, padres y alumnos dicen que «el alumno rechazado en Medicina optará por otros estudios de coste parecido, con el inconveniente de estudiar por recurso y sin vocación».
