Estados Unidos precisa su posición en el tema del Sahara
Un alto funcionario del Departamento de Estado norteamericano reiteró ayer, ante un comité del Congreso, la política de neutralidad sobre el conflicto del Sabara Occidental mantenida por la Administración Carter y dijo, que, según sus informaciones no existen indicios de que el Gobierno de Madrid vaya a cambiar su política respecto a la ex colonia española.
El Comité de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes celebró ayer una audiencia de cuatro horas de duración sobre el conflicto del Sahara, en la que estuvo presente un representante del Frente Polisario, un profesor de Derecho Internacional marroquí, varios expertos norteamericanos y el secretario adjunto del departamento de Oriente Próximo y Asia del Sur del Departamento de Estado, Nicholas Veliotes.Veliotes explicó ante el presidente del comité, el representante Donald Frazer, la postura de la Secretaría de Estado norteamericana ante el problema del Sahara, y respondió después a una serie de preguntas hechas por el presidente del comité. Cuando éste hizo referencia a un reciente artículo aparecido en el diario New York Times en el que se anunciaba un cambio de posición del Gobierno español en su política hacia la antigua colonia, el funcionario del Departamento de Estado dijo que había mantenido recientemente contactos con un «alto funcionario» español y que no había obtenido esa conclusión, sino que, por el contrario, Madrid seguiría manteniendo la misma política hacia el Sahara Occidental.
«Estados Unidos no desempeña un papel directo en la zona y ha mantenido una política de neutralidad», dijo Nicholas Veliotes, que recordó a continuación que Norteamérica había reconocido el acuerdo de Madrid de noviembre de 1975, ya que había votado a favor de una resolución de la. ONU en que se hace referencia al mismo. Por otra parte -explicó-, nos hemos negado a aceptar las peticiones de soberanía sobre el territorio hechas por Marruecos y Mauritania, aunque reconocemos el control administrativo de ambos países sobre el antiguo Sahara español.»
Para Norteamérica, el conflicto debe resolverse desde una base regional, con la ayuda de la ONU y de la OUA, pero sin que intervengan en él las grandes potencias.
Manifestó que hacer un juicio sobre si el proceso de autodeterminación ha sido legalmente completado podría complicar «nuestras amplias relaciones con Marruecos y nuestra amistad con Mauntania, por un lado, y afectar, por otro a nuestros importantes intereses económicos y cada vez mejores relaciones con Argelia».
Cuando el presidente del comité interrogó a Veliotes sobre las ventas de material bélico norteamericano a Marruecos y su posible utilización en territorio saharaui, el representante del Departamento de Estado dijo estar informado de que algunos reactores F-5 habían sido empleados, e incluso alguno de ellos derribado, por el Polísario. Majid Abdullah, miembro del Frente Polisario, habló en francés con traducción simultánea ante el comité, y calificó el conflicto como «la segunda guerra colonial» mantenida por su pueblo. Describió la «marcha verde» como una invasión militar camuflada y narró los bombardeos ejectuados por el ejército marroquí contra pueblos saharauis.
El profesor Bennuna, de la Universidad de Rabat, expuso las conocidas tesis marroquíes sobre su soberanía en el territorio, que fueron apoyadas por el profesor William Zartman, de la Universidad de Nueva York, quien calificó a la guerrilla del Polisario como «artificial e-irresponsable». En cambio, el profesor Thomas Franck, de la facultad de Derecho de la Universidad de Nueva Yosk, se mostró partidario de la autodeterminación.
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