Leizaola podría encabezar la manifestación pro autonomía de Euskadi

Los dos partidos mayoritarios de Euskadi, PNV y PSOE, están interesados en que el lendakari Leizaola presida el próximo viernes, día 7, en Bilbao, la manifestación autonomista convocada por el Gobierno vasco con motivo del 41 aniversario de su constitución.

Varios consejeros del Gobierno vasco se han apresurado a declarar que el señor Leizaola está dispuesto a acatar, al igual que lo ha hecho en otras cuestiones, el parecer de los partidos, por lo que «vendrá a Bilbao, si las fuerzas políticas se lo piden».Si esto es rigurosamente exacto puede anticiparse ya que el lendakari encabezará la marcha, porque el PNV parece decidido a utilizar toda su influencia sobre el antiguo militante nacionalista, para conseguir su presencia en la manifestación.

El tema, sin embargo, no está decidido por dos razones que esgrime el presidente del Gobierno vasco. Este entiende que su compromiso con el pueblo vasco no estará saldado hasta que se recupere alguna forma de autogobierno, condición que sigue siendo válida para su regreso definitivo. («Aunque viniese el viernes a Bilbao, volvería luego a Francia», han declarado sus consejeros.)

El segundo motivo que le impulsa a no adelantar el final de su exilio es que tal vez podría interpretarse este hecho como una interferencia en la negociación emprendida por los parlamentarios.

Sea como fuere, el Gobierno vasco se reúne hoy de nuevo en Bayona con los parlamentarios del PNV y PSOE que participan en la comisión negociadora de la autonomía. Además de informar de la última entrevista mantenida con el ministro adjunto para las Regiones, es indudable que la manifestación autonomista del día 7 y la posible presencia ed ella de Leizaola ocupará un espacio preferente de la reunión.

En otro orden de cosas, diez partidos vascos se reunieron ayer para concretar detalles organizativos de la manifestación del próximo viernes. Los partidos mayoritarios acudían a la cita con el propósito de imponer un estricto respeto a las tres consignas lanzadas: autonomía y apoyo al Gobierno vasco y a los parlamentarios. La izquierda estatalista parecía dispuesta a transigir siempre que al menos se les autorizase a leer al final su propio manifiesto.