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Tribuna:DIARIO DE UN SNOB
Tribuna
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Los dátiles

Hafida, embajadora de Argelia, me envía los primeros dátiles de la temporada. Son dátiles que han madurado entre las mil y una noches y El Capital de Marx. La democracia consiste en enviarse dátiles más que en enviarse bombas, pero la nuestra parece que es una democracia bombera, o sea pompier.Sobre los que mandan bombas ha hecho una película Manuel Gutiérrez,y parece que la película no se estrenaba por miedo de los exhibidores a esas camadas negras que obsequian con dátiles de goma-2. Al fin se ha estrenado. Pruebo un dátil, que tiene todo el dulzor espeso y antiguo del Oriente culto, y en esto que llega otra carta. Antonio Buero Vallejo: «Querido Umbral: Llovet te cita muy justamente en su crítica a La detonación, y en cierto modo censura que yo no lo haya hecho. Si hay que excusarse, me excuso por ello. Si omití la cita de tu admirable libro; bien puedes comprender que no fue por indiferencia. » Después de estas generosas líneas ya no sé de quién me siento más amigo y deudor, si de Larra o de Buero. Carlos Luis, que dice que somos «la generación del 98 de 1977», también me cita en su crítica a La detonación, con lo que resulta que he obtenido un gran éxito de crítica, Con la obra de Buero, mientras él lo obtiene de público. Otro de la generación. del 98/77, Máximo, triunfa asimismo en el teatro a costa de Safaerou, como yo a costa de Buero, con La tierra es redonda, obra de la que ha hecho una inteligentísima versión libre que te recomiendo, Hafida. Te llevaré a la primera fila a comer dátiles como antes se iba al Calderón a comer pipas.

Hafida es una argelina guerrillera y embajadora, liberada y culta. (No temas, que no voy a hacer de ti la Pitita del Tercer Mundo). Claro que para liberada, Shere Hite, la autora del Informe Hite, que ha venido a Madrid a explicarnos cómo se hace eso que en La naranja mecánica llaman «el viejo metesaca». Si la señorita Hite le hubiese echado un poco más de imaginación e interpretación a su libro, tendríamos efectivamente un libro, y no una estadística de tráfico sexual. Puestos ya a chulear teatralmente a los grandes, presento a José María Rodero (las presentaciones siempre se hacen de menor a mayor, contra toda lógica) sobre el escenario del Lara, devuelto él de sus enfermedades y arropado yo en las mías. A ver si me las, curo con dátiles. Siempre estimula saber que son dátiles socialistas. A propósito de socialistas, diré y digo que me han escrito los de Adamihs, Asociación de Amistad Hispano- Soviética, que son los genuinos amigos de la URSS y que quieren diferenciarse de los otros, los que glosaba yo aquí el otro dia. Ya me parecía a mí que la URSS debía tener mejores y más viejos amigos en España. Son éstos, presididos por Raúl Cuervo, quien llega incluso a decirme: «Mucho me temo, por otra parte, que sean los mismos señores que le escribieron a usted los que están torpedeando y alargando nuestra legalización, recurriendo a sus influencias políticas y personales.»Yo creo que debes enviar unos dátiles a estos señores, Hafida. Al menos tenemos la seguridad de que no van a comerciar con ellos en Rusia ni se los van a revender a la URSS en plan export/import. Si voy a Amsterdam un día de éstos, a lo mejor me paso un fin de semana a Rusia, ahora que el pasaporte ya no nos lo impide, porque el pasaporte español, durante muchos años, no estaba hecho para ayudarle a uno a viajar, sino para impedírselo, como el carnet de prensa (contra el que habla Juan Luis Cebrián, nuestro señorito, en Bazaar) no le permitía a uno escribir de algo, sino que le impedía escribir de casi todo.

La gran actriz Charo Soriano, que acaba de llegar de Londres con una gripe y un poster para mí, ha perdido el poster y sigue con la gripe. Dice que eran unas jais encueradas y motorizadas. Invito a Charo a dátiles argelinos mientras le cuento cómo va todo por aquí:

-Ha dicho Carrillo que estamos esperando a Godot/Pinochet, Charo, amor.

Lo que hace falta, Hafida, es que la democracia nos dure, cuando menos, tanto como este ramo de dátiles. Que a lo mejor no.

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