Hacia la asociación de profesionales de galerías
Un buen número de galerías madrileñas -la cifra debe de andar algo por encima de las cuarenta- se hallan empeñadas en la constitución de un organismo asociativo que regule las actividades y problemas del sector profesional, a semejanza de lo que en otros países es costumbre. A tal efecto, ha sido elegida una comisión encargada de redactar los estatutos de la asociación y de efectuar los pasos pertinentes para su legalización. Como es de esperar que este tema haga correr, en el futuro, abundante tinta, en pro y en contra, nos hemos puesto al habla con algunos miembros de la comisión para averiguar las causas que han motivado tal iniciativa.EL PAIS: ¿Cuáles han sido los motivos que les han impulsado a crear esta asociación?
Comisión: Las causas son múltiples. En primer lugar, la patente falta de unión y coordinación entre los profesionales que se dedican a difundir el arte, así como el deseo de delimitar claramente la diferencia entre los auténticos profesionales y aquellos otros que, habitual u ocasionalmente, desprestigian una labor, ya de por sí difícil. Es nuestro propósito defender un estamento que ha hecho crecer el arte en nuestro país, a través de su apoyo a toda clase de iniciativas que favorecen la cultura individual y colectiva. Es asimismo notoria la falta de aprovechamiento de nuestra profesión por parte de la Administración, que nos ignora como impulsores de cultura y nos grava con impuestos injustificados, como el de lujo. A las galerías se nos mantiene separadas de la política museística o expositiva. Otra cuestión es la de las tremendas dificultades que nos plantean para la difusión del arte español fuera de nuestras fronteras a base de barreras burocráticas y arancelarias.
EL PAIS:¿Qué denominación va a darse a esta asociación y quiénes podrán pertenecer a ella?
Comisión: El nombre, todavía provisional, es Asociación de Profesionales de Galerías de Arte (APGA), y podrá incluir a todas aquellas entidades o personas fisicas que se dediquen a la promoción, difusión y comercialización de la obra de arte, siempre que cumplan con los requisitos legales y las normativas que impongan los estatutos y reglamento de esta naciente asociación.
EL PAIS: ¿Quiénes son los promototes?
Comisión: Actualmente se encuentran tras el proyecto todas aquellas galerías que han venido interviniendo de forma unificada en algunos medios de difusión y a las cuales les une el vínculo y deseo de una mejor defensa del arte en España. Dicho grupo nombró en su día a esta comisión para redactar un proyecto de estatutos que se encuentra ya en sus últimas etapas.
EL PAIS ¿Qué objetivos se piensa alcanzar a través de la asociación?
Comisión: Nuestros objetivos son numerosos. Trataremos de incluir el mayor número posible de profesionales de toda España y dictar unas normas de actuación unificadas para régimen interno. Estudiaremos los problemas comunes, tales como transporte, seguros, publicidad, etcétera, con objeto de darles la mejor solución posible. También deseamos controlar la autenticidad y expertización de las obras comercializadas por los socios, vigilando con el mayor celo la ética profesional de los mismos Serán causa de baja las faltas que en tal sentido se consideren graves, de forma que para el público resulte siempre una garantía la intervención de un miembro de esta asociación. Estableceremos contactos, lo más estrechos posibles, con los organismos semejantes que existen en el extranjero. Representaremos a todos los asociados frente a la Administración, para obtener de ella el mayor apoyo en todos los órdenes y, en especial, conseguir el reconocimiento del indudable carácter cultural de la labor que desarrollen las galerías.
EL PAIS: ¿Qué reivindicaciones piensan mantener frente a la Administración?Comisión: Enue otras muchas, la de que el arte no sea gravado, sino, al contrario, favorecido. En contra de la opinión de algunos acerca de las galerías, no se trata, a menudo, de grandes negocios, sino que, por el contrario, éstas luchan normalmente con muchas dificultades para desarrollar su labor.
EL PAIS: El deseo de asociarse, ¿no está motivado por las frecuentes críticas de que han sido objeto las galerías a raíz del boom artístico de los últimos años?
Comisión: En parte si, aunque el planteamiento asociativo no es ni mucho menos reciente, sino que la idea existe desde hace tiempo. En cualquier caso el peligro radicaba en que no fuera aceptado como lícito el pretexto artístico y nuestras intenciones se vieran interpretadas de otro modo.
EL PAIS: ¿Cuál es entonces su versión real de la profesión que ejercen?
Comisión: No pretendemos justificar el sistema de galerías bajo unas bases inmovilistas de una futura existencia como tal entidad, Somos conscientes de la imperfección del nuestro, así como la del resto de los sistemas en que estamos inmersos por la fuerza de una sociedad, así establecida. Partiendo de esta base y deseando evolucionar junto al necesario cambio social, creemos, no obstante, que a lo largo de estos años hemos venido cumpliendo una función muy importante.
EL PAIS: Volviendo a una afirmación sostenida al inicio de esta entrevista, ¿por qué consideran injustificado el impuesto de lujo?
Comisión: Nos parece demencial que se piense en la obra artística, o en cualquier otro fenómeno cultural, como en un artículo de frivolidad. Vamos a exigir una revisión de este concepto arbitrario por considerarlo freno y no aceleración en el proceso urgente de difusión social. Bien pudiera sustituirse por una contribución, sin beneficio crematístico, en la organización de museos o exposiciones nacionales, o poder, al menos, controlar la utilización de los fondos, que de dicho impuesto se derivasen, en favor de acontecimientos artísticos. Pretendemos plantear unas bases distintas de relación entre la profesión y la Administración. Para hacer factible dichos propósitos, necesitamos un esquema jurídico y en ello estamos. Tenemos un común y sincero deseo de ampliar y mejorar nuestros censos de actuación, pero sabemos que ello no depende exclusivamente de nosotros. Podremos conseguir mejores resultados si, a través de la fuerza que se desprenda, de nuestra unión, logramos un apoyo, hasta hoy inexistente, por parte de la Administración. Eso sería realmente el inicio de una nueva etapa.
Babelia
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