"Dolores": la puerta está abierta

En esta sección ya hemos hablado en otras ocasiones de la vida y milagros del que quizá sea el grupo joven de jazz experimental más importante que tengamos en Madrid; lo hicimos con motivo del lanzamiento de su primer disco, Dolores (que posteriormente daría el nombre a dicha formación) y volvemos a hacerlo ahora con ocasión de su segunda aparición discográfica que acaba de salir al mercado: La puerta abierta (Polidor 23 85 139).

Pero hagamos un poco de historia: tras la grabación de aquel primer disco, su impulsor y promotor, el cantante Pedro Ruy-Blas, pretendió continuar con el grupo y para ello recurrió sobre todo a dos de los más importantes músicos que participaron en la grabación: el flaufista y saxofonista Jorge Pardo y el bajo Alvaro Yébenes. Con ellos, con el pianista Jean-Luc Vallet y el percusionista venezolano César Berti, empezaron a trabajar para preparar un concierto que sería básico en su futuro desarrollo y que tuvo lugar el 20 de diciembre del año pasado en el Alcalá-Palace. A raíz de dicho concierto, Dolores empezó a coger fuerza y cada uno de sus miembros decidió abandonar sus anteriores ocupaciones para integrarse definitivamente en él: Jorge Pardo dejó el cuarteto de Jayme Marques, Alvaro Yébenes sus grabaciones, Jean-Luc Vallet su trabajo en diversos clubs de jazz y como César Berti no podía dedicarse plenamente, buscaron a otro percusionista, Chévere.Tras un intenso trabajo, ya compenetrados, grabaron este segundo LP, en el que los temas están compuestos por ellos mismos. A partir de este disco, todo empezó a tomar color; montaron cosas nuevas y llegó un momento -nos dice Jorge Pardo- «en que de común acuerdo, decidimos incorporar al grupo al pianista Jesús Pardo, porque sentimos la necesidad de un pianista más en la onda de lo que queríamos hacer».

Con una formación a base le Jorge Pardo (saxos tenor y soprano y flauta), Jesús Pardo (piano eléctrico y sintetizador ARP de cuerda), Alvaro Yébenes (guitarra bajo), Pedro Ruy-Blas (batería y voz) y Chévere (congas, timbales y percusíón ligera), Dolores puede, sin ninguna duda, convertirse en la gran figura de un jazz muy actual.