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El ejército alemán no intervendrá en la represión del terrorismo

Saliendo al paso de una propuesta de la oposición democristiana, el portavoz gubernamental de Alemania Federal rechazó ayer en rueda de prensa un eventual recurso al ejército en la represión del terrorismo. Según el Gobierno, la única función de las Fuerzas Armadas consiste en defender al país de un ataque exterior. Recaló el portavoz que los cuerpos policiales están en condiciones de enfrentarse con éxito al terrorismo.Mientras, el Gobierno ha recibido un nuevo mensaje de los secuestradores de Hans Schleyer, a través del abogado suizo Denis Payot.

El contenido de la nota de respuesta a la última comunicación cursada por las autoridades alemanas se mantiene, sin embargo, en el mayor de los secretos.

Los integrantes del «gabinete de crisis», creado por el canciller a raíz del secuestro, volvieron a reunirse ayer por la tarde para tratar del tema.

Con Schmidt participaron varios ministros, los dirigentes de la oposición parlamentaria y los jefes de gobierno de los estados donde cumplen condena los once extremistas reclamados por los secuestradores de Schleyer, que hoy cumple once días de cautiverio.

Por otra parte, sigue intrigando a los observadores el misterioso víaje-relámpago a Argelia del ministro de Estado en la cancillería federal, Wischnewski.

Wischnewski, «brazo derecho» de Schmidt y amigo personal de Bumedian, podría haber pulsado la opinión argelina ante un eventual envío a aquel país de los terroristas reclamados.

Ayer por la tarde, una espectacular operación policial se desencadenó en el Tribunal Supremo de Alemania Federal, con sede en Karlsruhe, tras una llamada anónima anunciando un atentado terrorista.

Bomberos y policías rastrearon a conciencia el edificio en busca de explosivos sin resultado positivo. Algunas viviendas adyacentes fue ron evacuadas, mientras agentes con metralletas vigilaban la zona.

En el edificio amenazado tiene su despacho el fiscal general de la República, Kurt Rebmann.

El canciller ha aplazado su visita a Polonia, que habría de comenzar el próximo lunes. Unos días antes, el primer ministro británico, Callaghan, aplazó también la suya a Bonn. Ambas eran consideradas como fundamentales de cara a una nueva etapa: la del relanzamiento de la ostpolitik ante una nueva fase de la Confederencia para la Seguridad Europea y la de un mayor compromiso de la República Federal de Alemania en la solución de la crisis económica de la CEE. Motivo de ambos aplazamientos: el secuestro del «superempresario» alemán Schleyer.

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