Los novilleros españoles no pueden torear en México
Nos han visitado varios novilleros, en distintos grupos, y con diverso encuadramiento político-laboral para manifestarnos su protesta por las actuaciones en España de sus colegas extranjeros en general, y de los mexicanos en particular. Muy en concreto, los dos puestos que recientemente ha tenido en Las Ventas el mexicano José Luis Ortega y el elevado número de extranjeros que participarán en el largo serial de novilladas de Algemesí, han caido muy mal entre los españoles. En otros sectores hay el temor de que en Algemesí intervenga algún piquete para entorpecer la lidia o incluso suspender la fiesta
Pudo haber un precedente en la pasada feria de Alcalá, pues un grupo de novilleros estaba decidido a lanzarse al ruedo para impedir que toreara el mexicano Armillita Chico, y nos dicen que si no lo hicieron así fue porque el empresario Victoriano Valencia, les prometió que en lo sucesivo, Y hasta que no hubiera un acuerdo de reciprocidad con México, no volvería a contratar a novilleros de este país para sus plazas.El fondo de la cuestión es que mi entras los extranjeros suman contratos, relativamente importantes en número, para los pocos españoles, nuestros novilleros apenas pueden vestirse de luces en los americanos.
Por lo que se refiere a las relaciones con México, hay puntos oscuros que convendría aclarar. En el mundillo taurino se dice que en la delegación española que viajó a aquel país para firmar el convenio había la mejor disposición para solucionar el problema de los novilleros, pero Julián de Mata, que junto a Manuel Chopera, Jaime Ostos y Salcedo formaba parte de ella, aprovechó para gestionar su alternativa y buscarse contratos con olvido total de los intereses je sus compañeros.
La versión de Julián de Mata es radicalmente distinta y contiene graves acusaciones. Al parecer, cuando la delegación mexicana viajó a Madrid, el presidente de los empresarios de aquel país, Guillermo Cabezón González, prometió que daría novilladas en sus plazas para que participara n toreros españoles, y se fijó un acuerdo de reciprocidad por el que seis novilleros españoles torearían un mínimo de dos festejos en México, y seis mexicanos otros tantos en España.
Sin embargo -estamos en la versión de Mata-, cuando la delegación española se trasladó a México, se pudo comprobar que Cabezón González no cuenta con plazas para hacer viable su oferta, y además este empresario no asistió a ninguna de las reuniones en las que se estudió el convenio.
Dice Mata que él propuso en una de ellas que fueran ocho en lugar de seis los novilleros que se beneficiaran del acuerdo de reciprocidad, y además para tres actuaciones, en lugar de dos. Y que en ese mismo momento Ostos, visiblemente alterado, tomó la palabra para decir que no consentía que en su presencia se hiciera semejante proposición, que ofendía a estos honorables caballeros (los mexicanos). Y añadió: Este señor (por Mata) no da la imagen de los toreros españoles.
Al comprobar que no tenía respaldo de Manolo Choperani de Salcedo, y ante la actitud de Jaime Ostos, afirma Julián de Mata que ya no pudo intervenir más y el convenio quedó roto a nivel de novilleros, si bien continuó hasta el acuerdo, a nivel de matadores de toros.
Por supuesto que no podemos entrar ni salir en lo que se refiere a cada una de las versiones, pero es evidente que novilleros mexicanos torean en España y los españoles no lo hacen en México, aunque sí determinados matadores de toros, Jaime Ostos incluido.
El problema, en fin, sean cuales fueren las peripecias de la negociación, debe ser grave a nivel profesional, pues, como decíamos, todos los novilleros de cualquier signo o , disciplina plantean este tema como fundamental en su lucha reivinidicativa. Y piden que se convoque asamblea nacional, para que sus representantes rindan cuentas y preparar las acciones a seguir en el futuro.
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