Diez muertos, balance de la huelga general en Colombia
Diez personas resultaron muertas y centenares heridas en la madrugada de ayer, a lo largo de la huelga general lanzada por las organizaciones sindicales colombianas. Según los informes policiales, aparte del conductor de un vehículo de obras públicas, que resultó muerto aplastado por la máquina, las otras nueve personas, entre ellas un joven estudiante, fallecieron de disparos de las fuerzas de seguridad, que no han querido facilitar los nombres de las víctimas. El Gobierno decretó el toque de queda en Bogotá.Por su parte, el presidente colombiano, Alfonso López Michelsen, manifestó ayer que la huelga había sido un fracaso y reiteró que el Gobierno no cederá «ante las amenazas y la subversión». La huelga había sido declarada «ilegal y subversiva» por las autoridades.
La situación se hizo tensa cuando se comprobó que el 90% de la actividad de la capital, Bogotá, la ciudad más poblada del país, se había paralizado, siguiendo las consignas de las cuatro centrales sindicales colombianas, incluyendo la de filiación comunista.
El paro fue promovido para protestar por el alto coste de la vida y solicitar una mejora salarial, equivalente al 50% de la asignación actual, así como por una mejora en las condiciones sociales de los trabajadores colombianos.
En su alocución televisada, el presidente Michelsen dijo que el problema se había salido de la mera cuestión laboral. «para adentrarse en una cuestión de orden público, en un problema cuyo tratamiento no puede ser otro que el que tradicionalmente se aplica para la subversión».
Asimismo justificó el toque de queda indefinido implantado en Bogotá, aduciendo que la magnitud de los incidentes registrados obligaban al Gobierno a dictar tal medida.
Los dirigentes sindicales, después de anunciar que la huelga había resultado un «éxito», culparon al Gobierno de ser el responsable de las muertes y la violencia de las últimas horas del paro, al decretar el toque de queda a las ocho de la noche del miércoles, sin esperar a que el movimiento huelguístico finalizase a las doce, como estaba previsto.
A lo largo de toda la jornada de huelga, el presidente estuvo reumdo con los jefes de la policía y, el ejército, estudiando las continuas informaciones que le llegaban sobre el desarrollo de la jornada. La radio se limitó a leer los comunicados oficiales y las noticias firmadas por las agencias internacionales de prensa. En cuanto a los diarios, se supo que El Bogotano no lanzó periódicos a la calle, uniéndose de esta forma al paro nacional.
Los almacenes del centro de la capital y los transportes urbanos fueron los más afectados por la huelga, sufriendo cuantiosos daños, pero los bancos de la capital trabajaron con normalidad.
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