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Tensión entre Bonn y París en torno al caso Schleyer

El secuestro del presidente de la Asociación de Empresarios alemanes, Hans Martin-Schleyer, que se produjo el la tarde del lunes, adquiere progresivamente una nueva dimensión, cuya gravedad perdurará por encima dela muerte o liberación del rehén. En pleno clímax de la confrontación dialéctica germano-francesa a consecuencia de lo que parece ser un renacimiento del nazismo en la República Federal de Alemania, ésta ha recibido con furor la actitud francesa respecto del secuestro del «superempresario» Schleyer.Por si fuera poco, la televisión francesa ha presentado ante sus cámaras al abogado Croissant, defensor de algunos miembros de la banda «Baader Meinhof», perseguido por la policía alemana tras haber pedido aquél asilo político al Gobierno de París. Ya no sólo es el independiente Le Monde el que molesta a Bonn diciendo que hay algo más grave detrás del terrorismo alemán (paro, expansionismo económico, privación de derechos a militantes de la izquierda, dudoso régimen jurídico), sino que la televisión del Estado francés «luce» a Croissant ante sus cámaras.

El periódico liberal-conservador de Franfort Allgemeine Zeitung ataca duramente a París por esta razón. Tras alabar las tradiciones democráticas francesas, «que hicieron posible hace 130 años un encuentro entre Marx y Bakunin... que han ofrecido asilo político a los fugitivos de los zares, de Hitler, de Franco y de otros déspotas»... el periódico dice que Francia se ha convertido en remanso de comunistas, que Francia recurre «a viejos y nuevos resentimientos para atacar a sus vecinos». Todo esto puede provocar una difícil situación entre Bonn y París.

El malestar de los alemanes, sobre todo del Gobierno, ha aumentado aún más cuando la agencia de noticias France-Presse ha difundido oficiosamente en Bonn una nota enviada por los secuestradores de Schleyer, pocas horas después de que el canciller Schmidt decidiera, congelar todas las informaciones sobre el caso.

Cuatro días después del comienzo del asunto, el Gobierno sólo parece contar con suficientes testimonios de que Schleyer vive, que está retenido por la Fracción del Ejército Rojo y que ya no tiene tantas posibilidades como hace dos días para establecer contactos con los secuestradores.

Aunque con otra perspectiva, ha dicho lo mismo el presidente del Parlamento, el democristiano Carstens, al declarar ante la sala, puesta en pie en un minuto de silencio por los cuatro muertos de la tragedia del lunes.

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