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Tribuna:DIARIO DE UN SNOB
Tribuna
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Los gatos

A mí el gato es un animal que me gusta mucho. Lo que no me gusta es el perro. Yo diría que el gato es de izquierdas y el perro de derechas, porque el gato trabaja con una inteligencia fría y el perro con una inteligencia afectiva, emocional y lamerona, algo así como los amigos de Camuñas, que todo el día le están pidiendo cargos:-¡Ignacio, colócanos a todos!

De modo que un día me compré, nada menos que el ensayo estructuralista de Levy-Strauss sobre el poema a los gatos de Baudelaire. (El gato es baudeleriano, claro). Pero una muchacha rumana, de Bucarest -era el tiempo en que yo gustaba de vivir a la sombra de las muchachas rojas- se llevó el libro y no me lo ha devuelto nunca. A lo mejor se lo incautaron los comunistas, que dice mi querido Ansón que son muy malos y enemigos de la cultura.

O sea que ahora el cura Martín Descalzo me ha enviado dos gatos a través de Pilar Trenas. Recién nacidos, gato, y gata, vivos y bellos. Me han hecho mucha compañía este verano. Uno de ellos, el macho (soy machista con perdón de Lidia), se llama Ramón Gómez de la Serna, y me parece que están bien tantos apellidos para un gato, ¿no? No sé por qué no va a tener apellidos un gato. Algunos condes los tienen con menos mérito.

El gato se llama Ramón porque el gato también es ramoniano, además de baudeleriano, y porque estoy escribiendo un libro sobre el citado autor, Ramón y las vanguardias. Le doy un mejillón a Ramón Gómez de la Serna y le gusta mucho, pero la concha le da en el hocico y cree que es un enemigo. Se lo come rugiendo. Despierta en él el tigre ancestral, que diría Octavio Paz. Es hermoso asistir, en la paz nublada del verano que muere, a la victoria del gato joven sobre el mejillón inerte.

A lo que iba. Que gracias a los gatos he descubierto eso de la ecología, que a mí antes me parecía una mariconada, como dirían los enemigos del diputado Jaime Blanco, o sea la armonía entre el medio, el hombre y el bicho. Por eso me ha dolido lo que ha dicho el otro día mi admirado Félix Rodríguez de la Fuente, a quien yo precisamente pensaba llevarle a Ramón Gómez de la Serna para que le mirase los genitales:

-Los proyectos de urbanización han dado lugar a un grupo de ecologistas que no dudo que lo sean, pero que también se disfrazan bajo este papel: ácratas, hippies, jóvenes con diferentes ideas políticas, utilizan la naturaleza como medio de subversión.

Hombre, Félix, y yo que iba a ir al entierro de tu abuela centenaria -te acompaño en el sentimiento- en un pueblecito de, Burgos, que mayormente me cogía a mano, que estaba yo orilla, o sea en Sedano, con Miguel Delibes. Hombre, Félix, tú que has dedicado tu vida a eso de la ecología, y, aparte de sacarle una pastizara y hacerte una imagen, has ayudado de verdad a que los españoles amen un poco más los bichos y los árboles, ahora resulta que estás contra los ecologistas. Lo que no puedes pretender, Félix, es que no haya más ecologistas que tú en España, tío. Sería demasié.

Una vez me dijiste que había una loba enamorada de tí, y yo te lo pasé, que es como si yo te hubiese dicho que estaban enamoradas de mí Nadiuska o Bárbara Rey, o sea un farde molón y fantasma, que ésas sí que son lobas y no las que tú frecuentas, pero lo que no puedo pasarte, o sea por dignidad, querido y admirado Félix, es que repudies y critiques el movimiento ecologista del país, después de años de incuria y concejales enemigos del árbol, porque los ecologistas son ácratas y hippies. ¿Es que es malo ser ácrata o hippy? ¿Es que tú mismo no te vistes algunas veces de hippy, tío? Mira, Félix, tú sabes que hay una conspiración contra la naturaleza, una emboscada contra los bosques, en España y en el mundo, entre la cadena de centrales nucleares, la tala de árboles para hacer periódicos donde seguir mintiendo y la extinción de las especies por el hombre, que hasta Francis Franco cazaba el gamo con telescopeta, el niño.

Me cuenta Chumy Chúmez que un terrateniente de Alianza le dice a otro terrateniente: « España es lo único importante». Y dice el otro: «Claro, como que la mitad es mía.» En eso estamos, Félix, o sea que en nombre de mis gatos, un respeto para la ecología, tú que eres ecologista, porque al fin se ha sabido que los árboles son de izquierdas. Y dime de paso si el mejillón le va bien a Ramón Gómez de la Serna.

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