Reivindicación del dibujo
Exposición de Blanca Yusta
En la sala de exposiciones que la Caja de Ahorros tiene en el torreón de Lozoya, de Segovia, hemos tenido la oportunidad de presenciar, dentro del general yermo expositivo del verano, una magnífica colección de dibujos de Blanca Yusta.El dibujo, que en otro tiempo fue considerado como la base común de las artes y, por ello, llegó a ser sublimado como el elemento primordial de la creación, se hace cada vez más extraño a la práctica habitual del artista moderno. Este fenómeno, que quizá tenga su origen en la justificada reacción anti-académica de las vanguardias, no es aplicable de manera indiscriminada a todos los artistas modernos. Ahí está, por poner un ejemplo, la estupenda exposición de dibujos reunida en la actual Documenta de Kassel en la que se pueden contemplar obras de Picasso al pop.
No obstante, las excepciones ilustres no suelen, invalidar las tendencias generales y el abandono progresivo del dibujo se inscribe en un contexto general en el que sufren casi todas las técnicas consideradas «tradicionales» y, entre ellas, la de la propia pintura de caballete, la cúal llega a tener hasta detractores ideológicos. En cualquier caso, este asunto desborda el marco de intereses de nuestro artículo y si hacemos mención de él es al comprobar en el caso concreto de una exposición como la de Blanca Yusta, artista novel, pero de técnica sorprendentemente depurada, las enormes posibilidades expresivas que posee el dibujo, más allá de los prejuicios y dogmas al uso.
En efecto, la obra expuesta por la citada artista recorre, a través de un seleccionado muestrario, un proceso que va desde una primera etapa hiperrealista con calidades de un virtuosismo más convencional hasta una evolución posterior preocupada por desconyuntar las imágenes, resaltando determinados aspectos de los objetos, en este caso con una temática referida al mundo de las máquinas -ruedas, manillares, motores, cascos, etcétera. En todo ello podemos apreciar una evidente influencia de la fotografía que está presente a nivel de aprovechar la técnica del «contraste» que le sirve a Blanca Yusta para reforzar o diluir la presencia del objeto y que da un tono surreal a la composición.
Este subrayar vivamente ciertos elementos nos sugiere, por lo demás, una tendencia hacia el collage que si bien no ha sido empleada en las obras presentadas en esta exposición, no la vemos lejana para los objetivos que parecen anunciarse potencialmente.
Hagamos finalmente, a modo de consideración general, una llamada a quien corresponda sobre la evidente utilidad de prodigar este tipo de exposiciones de artistas noveles o no, en épocas como la del verano y en lugares como Segovia, algo que de puro evidente sorprende generalmente por su ausencia.
Babelia
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