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Washington y Moscú impidieron la explosión atómica surafricana

Estados Unidos y la Unión Soviética colaboraron estrechamente a fin de impedir que el Gobierno surafricano realizara su primera explosión atómica.Según confirmó ayer oficialmente la Casa Blanca, el presidente norteamericano, James Carter, y el secretario general del Partido Comunista Soviético, Leónidas Brejnev, intercambiaron información sobre los planes atómicos surafricanos.

De acuerdo con la versión oficial, la iniciativa correspondió al líder soviético, que envió el pasado 6 de agosto un mensaje personal y urgente al presidente Carter, informándole que Suráfrica se disponía a hacer estallar su primer ingenio nuclear.

El mensaje del líder soviético, entregado en la Casa Blanca por miembros de la embajada soviética en Washington, llegó rápidamente al presidente Carter, que se encontraba de vacaciones en su granja de Plains, Georgia.

En respuesta al mensaje, Carter ordenó orientar los satélites de espionaje norteamericanos sobre el desierto de Kalahari, lugar donde estaba previsto que se realizase la explosión atómica surafricana.

La Unión Soviética realizó gestiones similares con Gran Bretaña, Francia y la República Federal de Alemania (RFA). Esas gestiones provocaron tal nivel de presión sobre el Gobierno de Pretoria que éste decidió suspender la explosión atómica.

La colaboración entre las dos superpotencias en el tema surafricano ha permitido una aproximación entre Washington y Moscú.

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