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Psicosis de IV Reich en Europa

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Confusión general

Una emisora holandesa de radio explicaba de la siguente manera su preocupación por el resurgir del nazismo en la República Federal de Alemania (RFA): «Se está cultivando una especie de situación de pánico, como si todos los alemanes estuvieran amenazados de asesinato o robo. Algo parecido a la Norteamérica de los años cincuenta, cuando los "cazadores de brujas" de McCarthy veían comunistas por todas partes. »«Todo el que en la República Federal opone resistencia es sospechoso de anarquista» (palabra con la que los alemanes designan a los marxistas-leninistas de la RAF -fracción del Ejército Rojo-, también conocidos por banda Baader-Meinhoff y otros nombres).

« De esta manera se está creando la base de un estado policial en Alemania. En realidad, todos los órganos e instrumentos necesarios ya están disponibles en la RFA. Se podría hablar ya de -una "contrarrevolución preventiva". Este es el mayor peligro que acecha a Europa ... »

«La violencia en USA, Irlanda o Italia es mucho más intensa. La situación en Alemania no es peor que, por ejemplo, en Francia. El mayor peligro que acecha en la República Federal es el neofascismo, y en concreto el que parte de las autoridades, de la justicia y de la policía de los militares y del miedo provocado en los cíudadanos.»

«Una situación de pánico similar en grandes capas de la población fue la que hizo posible el éxito de Hitler. La República Federal de Alemania está llena de viejos nacionalsocialistas. Se encuentran entre la policía, en la Wehrmacht (fuerzas armadas), en la justicia ... »

A este renacimiento del autoritarismo y del anticomunismo provocado por la «política de desestabilización » de los grupos terroristas alemanes se ha unido la reacción del pueblo y de la prensa alemana ante el caso de la fuga del nazi Kappler.

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El caso Káppler

«Alemania manifiesta abiertamente su solidaridad con los brutales asesinos que ese mismo pueblo originó», escribía el diario Maariv, de Tel-Aviv.

El secuestro de Kappler -opinaba Der Spiegel- y el aparente beneplácito de las autoridades alemanas encuadra perfectamente en la imagen de una Alemania que se está marcando por sus medidas contra los radicales, el «Berufsverbot» (prohibición de trabajo a funcionarios marxistas), tortura por aislamiento a los prisioneros de la Baader-Meinhoff, y también con el continuo crecimento de su poder militar, económico y financiero, hablándose ya del «imperialismo del marco».

«ltalia está herida», denunciaba el diario comunista -Unitá, hablando del caso Kappler, y el mayor diario de loma, Il Messaggero, transmitía desde Bonn: «Kappler es para la ley alemana un santo al que no se le puede tocar».

« ¡El odioso alemán está aquí de nuevo! », había escrito ya antes del secuestro y fuga del nazi alemán el diario Corriere della Sera, de Milán. Pero no sólo para los italianos. El parisíense Monde Diplomatique afirmaba que el «odioso americano» de los años cincuenta estaba siendo sustituido por el «horrible alemán».,«Es chocante -escribía su hermano mayor Le Monde- que los mismo diarios de la República Federal que tan duramente se pronuncian contra los "terroristas" de la Baader-Meinhof hablen ahora tan favorablemente del criminal de guerra Kappler.»

«Todo es aún posible en la Alemania de 1977», advertía el socialista Quotidien de París, «todo puede empezar otra vez de nuevo».El conservador Dagens Nyheter, de Estocolmo, publicó una serie sobre «La gran potencia de la República Federal», acompañada de un emblema en el que se veía a un alemán gigante en pose de victorioso. El diario socialdemócrata Aftonbladet, del mismo país, titulaba un suplemento sobre Alemania con «El IV Reich», y añadía: «Tras la segunda guerra mundial hubo sueños de una Alemania pacífica y democrática. Pero al bienestar repentino le ha sucedido un brutal Estado policial.»

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