"El cine popular debe ser directo e inteligible"
Entrevista con Ramón Fernandez, autor de "La muerte, ronda a Mónica"
Si la famosa diferenciación de Mailer, entre «cine de reflexión» y «cine de sensación», es válida, La muerte ronda a Mónica, del director Ramón Fernández, es una película de sensaciones en estado puro, una película casi física, casi anormal. Hace unos días se estrenó en Madrid en una extensa red de cines, y varios espectadores, afectados por la violencia del espectáculo, tuvieron que ser retirados en ambulancias y asistidos en diversos centros hospitalarios.
Ramón Fernández, es uno de los autores más políticos del cine español. Empezó a hacer cine de niño, trabajando como meritorio y poco a poco fue ascendiendo de categoría -script, ayudante de dirección, etcétera-, a medida que realizaba su aprendizaje. En 1961 rodó su primera película, Las vicetiples.Cuando los maridos iban a la guerra, Un lujo a su alcance, Chely; son algunas de sus películas más recientes.
EL PAIS: ¿Qué ha ocurrido con su película?
R. FERNANDEZ: Ocurrió que algunos espectadores se sobresaltaron con exceso y hubieron de recibir asistencia médica. Por fortuna fueron cosas de poca importancia, lipotimias, desvanecimientos y cosas de esas.
EL PAIS: ¿Y la denuncia?
R. F.: Yo me enteré de toda esta historia por la prensa. Naturalmente puse el asunto inmediatamente en manos de mi abogado y él se está ocupando de esto.
EL PAIS: ¿Pero es tan violenta esta película?
R. F.: Más que violenta es tensa. Es una película que te hace participar de su clímax y claro, naturalmente, tiene escenas de violencia, que al ser precedidas de tanta tensión producen ese fuerte impacto. De todas formas últimamente ya no ocurren accidentes, porque los espectadores ya están advertidos.
EL PAIS: ¿Cómo se le ocurrió ambientar en España una película de suspense?
R. F.: Porque nunca se había hecho... Durante muchos años, yo oí siempre el tópico de que una película de suspense no se podía rodar en España, que el espectador no la asumiría, que el cine de suspense había que rodarlo en países sajones, con ambiente de niebla, etcétera. A mí esto me pareció siempre una estupidez. Pero desgraciadamente en estos años muchas estupideces se convirtieron en axiomas. Y así estaban las cosas cuando a mí s e me ocurrió proponer La muerte ronda a Mónica. Expliqué mi teoría a la productora y me aceptaron el proyecto, con la condición de que la hiciera como una producción solamente española, pero de alto costo y a nivel internacional. Contratamos a Nadiuska, Arturo Fernández y Bárbara Rey, por España; Jean Sorel, por Francia; y Karin Shubert, por Alemania, la rodamos... y ya ve que el cine de suspense también se puede hacer en España y con resultados positivos. Si el espectador se identifica con el filme, cualquier género es válido.
EL PAIS: Sus películas se han considerado representativas del cine popular español; ¿está de acuerdo con esa apreciación?, ¿qué idea tiene sobre lo que debe ser el cine popular?
R. F.: Sí, estoy totalmente de acuerdo, el cine que he hecho es un cine popular. Un cine directo, fácilmente inteligible para la gente normal, para los españoles de ahora. Estas son las condiciones indispensables que, en mi opinión, debe tener el cine popular.
El problema es que muchas veces se advierten los ingredientes eróticos pero se pasan por alto otros elementos que constituyen la película. Un buen ejemplo de ello es El vecino del 5.º. Esta película, que tanta polvareda levantó, fue citada por una profesora de la Universidad de Burdeos que asistía a un congreso de hispanistas, pues había comprobado que su estructura narrativa cumplía los requisitos de la narrativa popular del Siglo de Oro.
Babelia
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