María Teresa March: "-En esa edad tan difícil en que se pierde la infancia, la guerra marca mucho"

María Teresa March ha escrito Los inocentes, la novela ganadora del premio Eulalio Ferrer de este verano. Un premio dotado con cuatrocientas mil pesetas, lo que le pone, en importancia económica, a la altura de los más codiciados. Y que, además, con la elección, va asegurada la publicación, por la Editorial Grijalbo, en Santander, cuyo Ateneo organiza y concede el premio -costeado por el mecenas mexicano que le da el nombre-, María Teresa March contestó a las preguntas de EL PAIS.Los inocentes, cuenta una historia de guerra: unas chicas, apenas adolescentes, viven la guerra civil, en Barcelona y el trabajo cotidiano, que apenas apresura sus tareas normales de estudiantes, del lado republicano, y sí apresura las ganas de vivir y el sentimiento de muerte, que en esos momentos se vuelve casi tan cotidiano como el instituto o la versión infantil, muchas veces mortal, de la guerra misma.

«Es mi primera novela larga -dice María Teresa March-, y estaba terminada hace cinco años. La guardé, porque las circunstancias políticas no aconsejaban su publicación. Y no es que sea una novela política, pero toca el tema de la guerra civil desde el lado republicano.»

La autora define su novela como «no autobiográfica, pero sí que han entrado una serie de recuerdos, y sobre todo, de ambientes que viví, muy niña, entonces. Por supuesto que la perspectiva desde la que ha sido escrita tiene que ver con todo esto: en esa edad tan dificil en que se pierde la infancia, la guerra marca mucho. Creo que, de esto sí da testimonio la novela».

En la novela se ve influencia del cine, especialmente ensu estructura narrativa, que deja terrenos vacíos, como fundidos. «Curiosamente -explica-, he adaptado aliunas novelas cortas para televisión, y otras largas. Por una de ellas me dieron el premio al mejor guión de televisión: se llamaba Prohibido aparcar.»

Respecto a las lecturas, María Teresa March se declara «muy fiel a Baroja». Habla también de escritores «muy brillantes, como Cela. Y para qué te voy a nombrar a mi hermana, Susana March, a mi cuñado, Fernández de la Reguera, o a Manuel Arce». «Así pues -termina-, aunque no haya publicado novela hasta ahora, yo he vivido siempre rodeada de gente de letras: mi marido es guionista de cine, todos los amigos están en ese mundo, y hasta los hijos, que vienen pegando. Pero, antes que nada, aunque el ambiente en que se vive influye mucho, yo escribo porque me lo paso bien. No es una evasión, pero la verdad es que me divierte escribir. Si no, no lo haría.»