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Iberduero desmiente la posibilidad de reconvertir una central nuclear en térmica

El periódico basaba la noticia en fuentes norteamericanas relacionadas con el montaje del citado complejo eléctrico-nuclear, asegurando que Iberduero. SA, había iniciado ya los estudios técnicos para su reconversión en una central térmica. Esta solución acarrearía a la empresa —siempre según el citado diario— unas pérdidas mínimas sobre el capital invertido, ya que todo el sistema eléctrico montado hasta el momento podría ser asimilado, pudiendo ubicarse la caldera productora de energía en el compartimento destinado al reactor. La tecnología estrictamente nuclear sería destinada a otra de las centrales proyectada sobre territorio español.

Señala Deia que esta reconversión vendría condicionada por las dificultades surgidas en torno al programa nuclear a partir de los propios Estados Unidos, lo que podría obligar a una paralización de la central por espacio de unos seis años. Esto, unido a las pérdidas que por importe de unos ochocientos millones de pesetas causaron la inundación del pasado mes de junio, habría decidido a los altos directivos de Iberduero. SA. Las citadas inundaciones licuaron a alcanzar veinte metros de altura en la bóveda del reactor, dañando seriamente a alguna maquinaria de alta precisión. Parte de esta maquinaria asegura el periódico ha sido remitida a Estados Unidos para su limpieza, mientras que el resto se repara en nuestro país sin las debidas condiciones de seguridad.

A todo ello opone la empresa constructora que «desde un punto de vista técnico resulta inviable la posibilidad de reconversión de la central nuclear en otra térmica convencional».

Acerca de los daños causados por las inundaciones reconoce Iberduero, SA, que «la combinación de una fuerte riada y el estado de construcción parcial de los edificios condujo a la entrada de agua en ciertas zonas de las obras, a través de as aberturas en la construcción». Pero a continuación añade que «todos los daños producidos por la inundación fueron del orden de unos veinte millones de pesetas. Una entrada de agua semejante hubiese sido imposible en la central terminada. Hay que considerar, pues, como una incidencia de la construcción que para nada afecta a la seguridad de la instalación».

Resulta destacable el interés que demuestra Iberduero, SA, en negar la posibilidad de que una central nuclear pueda convertirse en una térmica. Con esta afirmación, que algunos especialistas están dispuestos a contestar, se entra en el resbaladizo campo de los hechos consumados. ¿Qué Gobierno se atreve a desmontar íntegramente un complejo industrial, por peligroso que pueda ser o porque hipoteque el desarrollo de media Vizcaya, si en él se han invertido ya más de 50.000 millones de pesetas?

En la actual situación de crisis económica, con escasez de inversiones y graves problemas de paro, es muy probable que esta pretendida imposibilidad de reconversión sea un seguro de vida para la contestada central de Lemóniz, aunque se manifiesten contra ella más de 100.000 ciudadanos como lo hicieron hace un mes en Bilbao.

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