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Socialistas y republicanos piden la dimisión del ministro de Defensa italiano

Entre el llanto general por el «estado ofendido en sus instituciones judiciales», a causa de la fuga del criminal de guerra Herbert Kappler, los socialistas y los republicanos han pedido la dimisión del responsable último de la custodia del evadido: el ministro de Defensa, Vito Lattanzio.

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Contra la versión oficial sobre la fuga del criminal nazi, el diario de extrema izquierda Lotta Continua sostenía ayer con grandes títulos que Kappler escapó «tranquilamente» en la tarde del 14 gracias a una operación dirigida por los servicios secretos germano-federales e italianos. La afirmación del diario la confirmaba en parte el general Ugo Fóscolo, número uno de la fiscalía militar de Roma, sosteniendo que al evadido lo ayudaron los servicios secretos germano-federales.La versión oficial y la de Lotta Continua quedarían desmentidas si el experto cazador de nazis, Simon Wiesenthal, tuviese razón. Este afirma que Kappler huyó de Italia con el apoyo de algunas de las numerosas organizaciones filonazis de Alemania.

El caso sigue teniendo repercusiones internas. El diario de la Democracia Cristiana, Il Popolo, declaró no responsable al ministro de Defensa, sosteniendo que en agosto del año pasado dio severas instrucciones para la custodia de Kappler. El mismo ministro ha dicho que no va a dimitir. En contrapartida, se ha hecho «saltar» a un general, dos coroneles y un capitán de la brigada de carabineros que tenía la misión de vigilar a Kappler. Estos oficiales han anunciado recursos en los que llamarán en causa a «responsables superiores».

Por otra parte, el periódico de la Santa Sede L'Osservatore Romano exhortó ayer a no excederse a la hora de exigir responsabilidades sobre la fuga del ex coronel alemán, Herbert Kappler.

El diario vaticano añadió que está bien «reaccionar políticamente y solicitar investigaciones y revelaciones efectivas», pero sin sacar las cosas de quicio, sabiendo los intereses vitales que «ltalia tiene en el plano internacional, entre los que se encuentran las amigables relaciones con Alemania».

Extradición

Las autoridades italianas tuvieron la obligación jurídica de pedir la extradición de Kappler. Del mismo modo, las autoridades germanofederales están obligadas -en aplicación de un artículo de la Constitución- a no concederla. Se trata de un paso formal que, de todas modos, se va a dar. La sustancia de la cuestión es que Kappler es ya un hombre libre, por su calidad de «prisionero de guerra que ha cumplido con su derecho-deber de escapar».

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