Ha muerto el guionista John H. Lawson
Fue uno de los "diez de Hollywood" encarcelados por la Comisión de Actividades Antiamericanas
John Howard Lawson, guionista cinematográfico norteamericano, falleció el sábado en San Francisco (California), a los 82 años de edad. Había nacido en Nueva York el 25 de septiembre de 1886 y fue durante años corresponsal de prensa en Roma. Desde 1935 se dedicó a escribir guiones de cine, entre los que destacan Sahara y Contraataque, realizados por Z. Korda.Sin embargo, los manuales de historia del cine al uso aportan un dato revelador en la biografía de Lawson: fue condenado a un año de cárcel por la Comisión de Actividades Antiamericanas, creada en 1947 por el senador Joseph Mac Carthy. De resultas de aquella condena Lawson tuvo que continuar su trabajo -durante bastante tiempo- firmando con seudónimo, al igual que Dalton Trumbo, entre otros.
Román Gubern -uno de los mejores conocedores de aquella comisión- escribió: «Entre todas las personas que se sentaron el banquillo ante la inquisitorial comisión hubo diez que se negaron a responder cuando fueron interrogados sobre sus ideas y filiación política. Estos fueron Adrian Scott, productor de Encrucijada de odios, y su director Edward Dmytryk, el guionista y director Herber Biberman y los guionistas Alvah Bessie, Lester Cole, Ring Lardner junior, John Howard Lawson, Albert Maltz, Samuel Ornitz y Dalton Trumbo. Invocando la primera enmienda de la Constitución, que data de 1791 y que garantiza la libertad religiosa, de palabra y de prensa, criticaron a la comisión, negándole el derecho a investigar la ideología y filiación política de los ciudadanos. En consecuencia los diez rebeldes fueron condenados por "desacato al Congreso" a una multa de mil dólares y a cumplir un año de condena en una prisión federal. Aquella condena suponía, además, el despido y el desempleo, a menos que se retractasen ante la comisión y demostrasen estar bien dispuestos a colaborar en aquella purga política, denunciando nombres a la comisión.»
La historia acabó demostrando la validez de las propuestas de los perseguidos, a la vez que desenmascaró -con notable crueldad, todo hay que decirlo- a dos de los principales impulsores de la moderna inquisición: el presidente de la tan mencionada comisión, J. Parnell Thomas, fue encarcelado un poco más tarde por un delito de estafa, ya que se comprobó que los fondos destinados a secretarios se los quedaba el propio Thomas, y Richard M. Nixon, a la sazón joven y agresivo abogado que se destacó por su feroz y neurótico «anticomunismo» en el transcurso de las sesiones, pasó a la posteriodad como uno de los presidentes norteamericanos más corruptos y deshonestos. Los dos condenaron a Lawson.
Babelia
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