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El Senado USA, en contra del presidente y a favor de la tecnología del plutonio

La política nuclear del presidente Carter sufrió ayer un grave revés en el Congreso norteamericano, cuando el Senado se negó a suspender el programa de construcción de un reactor atómico «reproductor» en el estado de Tennessee, lo que había sido pedido expresamente por Carter, en sus esfuerzos por detener la tecnología del plutonio.

Por 49 votos frente a 38, la Cámara Alta del Congreso rechazó una propuesta por la que se paralizaba el proyecto del primer reactor «regenerador» norteamericano, en Clinch River. Al presentar su plan energético y sus medidas contra la proliferación nuclear, el presidente norteamericano pidió la «suspensión por tiempo indefinido» del montaje de dicha planta atómica. Los legisladores acordaron retrasar por un año el proyecto, pero aprobaron la correspondiente provisión de fondos para que continúen las investigaciones y se paguen los salarlos al equipo técnico que trabaja en el programa.Los reactores nucleares «reproductores» funcionan con plutonio y producen más combustible del que consumen, con lo que se obtienen excedentes de este producto, que es esencial para la construcción de armas atómicas. Ante el peligro que podrían suponer estas cantidades de plutonio. Carter se declaró contrario al nuevo tipo de reaclores y pidió a sus aliados occidentales que hicieran lo mismo que Norteamérica. es decir. suspender el desarrollo de la tecnología del plutonio. manteniéndosr en la convencional del uranio enriquecido.

La llamada de Carter no ha tenido ningún eco en Europa, donde varios países acordaron la semana pasada aunar sus esfuerzos en el campo de los reactores «reproductores». Los europeos y especialmente Francia, poseen un nivel tecriológico muy alto y superior desde luego al de Estados Unidos en este tipo de plantas atómicas, que podrían ser la solución ideal para los países pobres en recursos energéticos.

Por otra parte, arguyen los europeos, Norteamérica puede permitirse el lujo de renunciar a la tecnología del plutonio, porque posee abundantes recursos en carbón, petróleo y uranio. Pero limitar el combustible nuclear a este último producto supone en la práctica quedar en manos de los cartels internacionales que pueden modificar el precio a su voluntad.

Ahora, junto a los problemas que le ha creado a Carter su política nuclear en el escenario internacional se une la oposición a la misma por parte del poder legislativodominado por el propio partido del presidente.

Aunque los senadores reconocen que la extensión de la tecnología del Plutonio puede crear serios problemas internacionales, al posibilitar la proliferación nuclear, la mayoría cree que Norteamérica no debe quedarse retrasada en este campo. Los oponentes al reactor de Clinch River argumentan, con Carter, que si no se pone fin de forma drástica a la proliferación «tendremos que abandonar este planeta». Pero por el momento la primera batalla ha sido ganada por los partidarios del reactor «reproductor» y perdida, sobre todo, por el presidente, que verá, reducirse sus argumentos de presión sobre los europeos.

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De todas formas, la Administración Carter está dispuesta a evitar a toda costa la proliferación del plutonio y así aprobó ayer la instalación de una planta de reprocesamiento de uranio, que proporcionará combustible nuclear a todos aquellos países con deficiencias en su aprovisionamiento de este tipo de energía, como es el caso de España.

Pero a la vez, la nueva planta responde a los intereses del presidente Carter de desarrollar la técnica del enriquecimiento del uranio para impedir que los países que carezcan de esta fuente de energía nuclear recurran al plutonio, primera materia para la fabricación de armamento atómico.

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