Italia: más detalles sobre las conexiones neofascistas
Tres personalidades políticas italianas -el ex primer ministro democristiano Mariano Rumor y los antiguos titulares de Defensa e Interior, el socialdemócrata Mario Tanassi y el. democristiano Paolo Emilio Taviani- habrían impedido, en 1973, que ajusticia identificase los vínculos entre los grupos subversivos fascistas y servicios secretos.En la última jornada de interrogatorios en el proceso de Catanzaro (sur de Italia) -por la matanza de Piazza Fontana de Milán, donde perecieron dieciséis personas y 85 resultaron heridas por bombas colocadas por ultraderechistas-, el ex jefe del contraespionaje italiano, Glan Adelio Maletti, confirmó estas revelaciones, que han venido a provocar un nuevo escándalo en Italia.Según Maletti, quien, aún en unas declaraciones ambiguas y con algunas contradicciones, ha hecho grandes revelaciones sobre las complicidades de los servicios secretos con personajes del neofascismo italiano, fueron «presiones públicas» las que impidieron conocer a los jueces la identidad de algunos conspiradores de la extrema derecha.Las revelaciones del general Gian Adelio Maletti han sido inmediatamente desmentidas por los tres personajes políticos comprometidos.
Las declaraciones del general Gian Adelio Maletti han servido, durante la última semana, para revelar también las «desviaciones» existentes en el propio ejército y en el mundo político italiano en favor de personalidades neofascistas.Además, un grupo de éstos, periodistas profesionales -el actual diputado del «Movimiento Social Italiano», Pino Rauti, Giorgio Torchia, Guido Giannettini o Edgardo Beltrametti, entre otros-, habrían creado una agencia de noticias, Oltramare, para encubrir sus actividades al servicio del contraespionaje.
Ello vendría a confirmar las tesis de algunos de los abogados defensores en el proceso de Catanzaro, en el sentido de que los neofascistas « informadores» del contraespionaje efectuaban con esta. tarea un doble papel, pues servían también de informadores para los organizadores de actos subversivos.
Mientras tanto, el proceso que se sigue en Roma contra los 77 acusados de haber tomado parte en el fallido golpe de Estado que, bajo la dirección del príncipe Julio Valerio Borghese, grupos de ultraderecha intentaron en diciembre de 1970, ha sido aplazado hasta septiembre.
Ayer se inició en Roma el juicio sumarísimo contra María Pina Víanale y Franca Salerno, militantes de lis Núcleos Armados Proletarios (NAP). Las acusadas declararon, al llegar a la sala, que sus objetivos son «atacar al corazón del Estado y crear en el pueblo un partido armado».
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